Gómez declara que Anido fichó a la coordinadora a petición de Negreira

D. Vázquez A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Dolores Vázquez

La fiscala mantiene la petición de 9 años de inhabilitación para el exalcalde de Sada por prevaricación administrativa

21 mar 2019 . Actualizado a las 19:11 h.

«Me declaro inocente y todo lo que he hecho con total transparencia y obsesión por cumplir la legalidad», declaró Ernesto Anido, exalcalde de Sada y candidato del PP a las municipales, en el segundo y último día de juicio en la Audiencia Provincial de A Coruña en el que está acusado de un delito de prevaricación administrativa. Lo hizo después de los alegatos y de que la fiscala mantuviera la acusación y petición de 9 años de inhabilitación tanto para el exregidor sadense como para la que fuera coordinadora municipal, María Belia Vellón. La fiscala cuestionó los cambios en el reglamento y la relación de puestos de trabajo municipal para crear una plaza dotada con 70.000 euros anuales para la que Vellón propuso las bases y fue la única candidata.

Si Anido consideró que la acusación fue realizada con «fines políticos» por Emilio Gómez, concejal del PDSP, con quien compartió tareas de gobierno y que acabó expulsando del gobierno municipal, para Gómez, que declaró en el día de hoy, la contratación de Bellón se debió, según le reconoció el propio Anido a que tenía «un compromiso con su jefe», que le había reconocido que era Carlos Negreira, el que fuera alcalde del PP en A Coruña. Gómez admitió que en su día respaldó los cambios administrativos que permitieron crear el puesto de coordinador municipal y que denunció cuando contó con documentación para hacerlo. «Mi obligación como concejal es fiscalizar lo que se hace», consideró.

También declararon Francisco Javier Varela Tejedor, que ejerció como secretario de la comisión de evaluación del proceso de selección que se cuestiona y es funcionario en Culleredo, donde Bellón tiene una plaza como personal laboral. Rechazó tener relación con la acusada, aunque en una declaración previa había indicado que antes de las pruebas supo que se iba a presentar. Asimismo, declaró María del Camino Triguero, que dijo que desconocía cómo fueron realizadas las bases, relató que su jefa, en aquel momento la popular Belén do Campo, delegada de Presidencia de la Xunta, le pidió formar parte del proceso. «Es normal que los servicios de personal elaboren las bases y eso no le impide presentarse», consideró y se mostró crítica con el que el abogado de la acusación particular relacionara su presencia en ese comité evaluador con su posterior nombramiento como directora xeral de Transporte, que vinculó a su relación con el conselleiro durante 25 años.

La fiscala, que solo modificó su escrito de acusación para incluir que la figura de coordinador está previsto para municipios de gran población y no de régimen común como Sada, mantuvo la calificación jurídica del delito como de prevaricación administrativa, pero rechazó el de tráfico de influencias porque dice que no pudo probar el «prevalimiento». Indicó que el procedimiento «de forma taxativa» no tenía encaje en un municipio de 15.000 habitantes, recordó que el secretario municipal intentó sin éxito que Anido desistiera de crear esa plaza y finalmente informó negativamente, al igual que el interventor y consideró que el informe favorable que sí existe del secretario accidental «parece buscado». También tildó de «brindis al sol» la petición de un informe a la Xunta, cuando no se esperó por él y Vellón fue nombrada antes. La representante del Ministerio Público rechazó entrar en cuestiones morales sobre lo que posibilitó tener los correos que permiten sustentar la denuncia y dijo que esa documentación demuestra «como la elegida para el puesto diseñó todo lo necesario para desvincular la plaza de un puesto de funcionario de carrera», cuestión que no cumplía. «Lo que sí es grosero es que la plaza tuviera nombre», estimó y dijo que el «derecho administrativo no es suficiente para subsanar esta situación y sí el penal».

La acusación particular sí consideró que existió tráfico de influencias, evitó entrar en la legalidad del procedimiento y centró su alegato en que «Bellón optó a una plaza para la que diseñó todos los documentos» y que incluso había sido presentada meses antes al secretario de Anido como «futura coordinadora». «La maniobra está diseñada de manera muy burda, se plasman los pasos por escrito, no han tenido precaución», estimó.

Las defensas coincidieron en solicitar la absolución. El letrado de Anido remarcó que no se logró probar el delito ni se detallaron las normas infringidas. Recordó que la competencia para crear las bases la tiene la alcaldía y quien decidió fue un tribunal técnico. Consideró que sin la prueba de que se presionó a los integrantes, que no existe, «cae como castillo de naipes» la acusación. Remarcó que el procedimiento administrativo fue transparente y que quedó acreditado que los funcionarios no asesoraban convenientemente al alcalde. Asimismo, la defensa del exalcalde insistió en que había informes de los secretarios contradictorios y duda doctrinal de si se podía crear ese puesto en una Administración de la categoría de Sada. «La plaza se cubrió atendiendo a méritos y capacidad», apostilló. Relacionó la acusación por parte del anterior secretario de Anido por su enemistad y cuestionó que Gómez no declarase hasta la Audiencia la supuesta petición de Negreira, de la que no habia hablado antes.

El abogado de Bellón también incidió en que la tramitación era posible como se realizó y citó en varias ocasiones el caso de la exalcaldesa de Betanzos María Faraldo, que quedó absuelta de una acusación de contratación irregular, para consideran que son procesos semejantes.

Defendió que el papel de la coordinadora fue de asesorar y cuestionó un procedimiento que ha conllevado una instrucción de 4 años y 7 meses, cuando la documentación del caso son dos tomos y en el 2014 ya se habían practicado las declaraciones.

Bellón también utilizó su turno de palabra al final de la sesión para rechazar que se la intentase dejar como una mera «figura decorativa», relató el trabajo que realizó durante los cuatro meses que estuvo contratada y dijo: «Me duele que se ponga en cuestión mi trabajo».