Emma Cabezas: «Me sienta mal que en María Pita me vean como una mujer florero»

Pablo Portabales
Pablo Portabales A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

Estudió Criminología y fue detective antes que emprendedora. Acaba de ser nombrada meiga de las hogueras de San Juan

16 mar 2019 . Actualizado a las 19:31 h.

Es una caja de sorpresas. Charlamos en el café Hispano de la Galera. Pide un té verde tibetano. «No soy de café porque ya soy nerviosa de serie», apunta. Habla por los codos y con un tono de voz alto. Y eso que durante unos cuantos años la clave de su trabajo fue el sigilo. «Estudié Criminología en Santiago. Por dos centímetros no soy policía. Me dijeron que si fuese por uno todavía se podía intentar algo, pero… No di la talla. Empecé a trabajar de detective privado. Llevo mi licencia tatuada», comenta mientras se sube el pantalón y me la muestra cerca de su tobillo. Nunca me hubiera imaginado una meiga detective. «Por eso, por no parecerlo, era buena. Me hubiese gustado hacer prácticas con Napoleón, pero se jubiló justo cuando yo empezaba. Me encanta investigar, pero eran demasiadas horas de trabajo y eso me impedía hacer otras cosas», explica Emma Cabezas Álvarez.

Familia tradicional

Tiene 29 años, regenta una tienda de moda, Emma & Co, y acaba de ser elegida meiga mayor de las hogueras de San Juan. «En mi familia somos muy tradicionales. Por distintas razones no pude presentarme hasta ahora. Era mi última oportunidad porque la edad tope son los 30», resume. El perfil de esta chica se diferencia bastante del de sus antecesoras. «No es algo que esté pasado de moda, mira las Fallas. Lo que pasa es que es bastante desconocido. Hay gente de mi generación que no sabe nada de las meigas. Creo que hay que potenciarlo. En estos últimos años no hubo cabalgata y espero que este San Juan pueda hacerse para que no se pierda una tradición así», asegura. Habla claro: «Me sienta mal que en María Pita me vean como una mujer florero. No lo soy. De mujer florero no tengo nada». ¿Fuiste a la manifestación del 8-M? «No fui y abrí la tienda. Creo que hay que trabajar para defender lo tuyo. Hay muchas cosas por hacer pero no coincido con ciertas actitudes para conseguirlo. El mundo es muy libre», sentencia.

Fan de Mozart

Vive con su familia en Oleiros, cerca del pazo de Xaz. «Y con mi abuela, una perra y cuatro gatos. Llevo tatuado el gato, además de la licencia de detective. De nuevo se levanta y me enseña los tatuajes. «Aquí pone 201 de Kaber Street, la casa de Sherlock Holmes y este es un caballito de mar, y también me tatué la frase Recuerda quien eres cuando trabajaba de detective», confiesa. Habla sin freno y con una permanente sonrisa. «Mi anterior pareja no creía en mí ni en mi proyecto y lo dejé. Ahora estoy feliz», confiesa esta antigua alumna de las Esclavas. Su madre es profesora de canto y su padre toca la batería. La música siempre estuvo presente en su vida. «Desde pequeña formo parte del coro de la Orquesta Sinfónica. Pasé por todos, desde el de niños hasta el de mayores. Soy fan de Mozart, pero también me gusta Izal, que hace poco fui al concierto, Coldplay, U2, Queen... Sueño con ir a Londres a un recital de Muse», relata.

Un vino por el centro

Tras dejar su trabajo detectivesco y antes de abrir su primer negocio, aprendió el oficio de comerciante en Decathlon y en Suits Inc, un negocio ubicado en The Style Outlets. «Me decidí a abrir la tienda el verano pasado y estoy muy contenta. Tengo clientas que vienen todos los meses. Acabo de ampliar con una línea de fiesta que espero que guste», anuncia. Anda en bici, va al gimnasio, quiere volver a montar a caballo y «acabo de sacar el hándicap de golf. No me aburro», asegura Emma, que se declara «una organizadora nata. Si estoy sentada, me aburro». Dice que transmite alegría, que no soporta las mentiras y «no las perdono». Le gusta viajar y escaparse a tomar un vino en cuanto tiene oportunidad. «Voy al Charrúa, al Portela, al Bocanegra o al Vino Premier. Y me gusta la calle San Juan con los locales con música en directo», afirma la meiga detective.

«Antes de ser meiga y de abrir la tienda fui detective privado»