Una taxista sale ilesa de un intento de asfixia mientras conducía en A Coruña

Bea Franco

Una pareja de jóvenes de unos 20 años intentó quemar y asfixiar a una taxista cuando se encontraban en el interior del vehículo, en marcha, supuestamente para robarle. La trabajadora, Any Voinea, de origen rumano, salió ilesa, «aunque con el pelo quemado», y finalmente consiguió zafarse de sus asaltantes. «Una vez que apagué el fuego de mi pelo, los perseguí, pero no les di alcance», explicó la mujer.

El suceso ocurrió sobre las 21.10 horas del sábado cuando la taxista se encontraba esperando servicio en la cola de la parada del Obelisco, en el centro de A Coruña. Los jóvenes entraron en el vehículo y le pidieron que los llevara a la zona del parque de Vioño. «El chico se sentó detrás de mí. Parecían buena gente, vestían bien», contó la taxista. Emprendieron la marcha y en un momento del recorrido le preguntaron por el precio de la carrera. Any Voinea respondió que el importe sería el que marcase el taxímetro. «Aceptaron, pero observé que estaban nerviosos. Los miraba por el retrovisor y temí lo peor, porque estaban mal», indicó la taxista.

Fue cuando estaban llegando al destino solicitado, a la altura de un lavado de coches que hay en Vioño, el momento en que la chica encendió un mechero. «Me acuerdo de que era azul. Entonces ella comenzó a quemarme el pelo, mientras el chaval me ponía las dos manos en el cuello. Me apretaba tanto que yo no podía conducir, íbamos a chocar, porque me estaba asfixiando», recuerda la taxista. Al final la mujer logró defenderse «gracias a conocimientos básicos que tengo de defensa personal. Toqué el claxon y el botón de seguridad que llevamos en el coche. Salvé la vida por poco», cuenta esta profesional, que no duda en continuar en el sector: «Es mi vida, vivo de él». La mujer, que lleva 17 años residiendo en la ciudad, trabaja en el taxi desde enero del 2018 y es una superviviente de la violencia machista.

Fuentes próximas a la investigación señalaron que la Policía Nacional está estrechando el cerco sobre los agresores.

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