Susan Santos: «En las carreras por asfalto se va a competir, y en el monte, a disfrutar»

Loreto Silvoso
Loreto silvoso A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Participó en la caminata más larga del mundo y en los cien kilómetros solidarios

17 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Llega Susan Santos a la cita, saluda con un choque de hombros y agarra del ganchete a la periodista. Emoticonos de carita sonriente, en vez de ojos. Ella, que siempre fue inquieta y solidaria, atribuye su estado de felicidad permanente a la práctica de uno de los deportes de moda en la actualidad: la carrera de montaña.

-¿Es una de esas personas a las que correr les cambió la vida?

-Totalmente. Correr en la montaña me hace muy feliz. A pesar del esfuerzo, voy sonriendo.

-Siempre hizo deporte.

-Sí, patinaje, atletismo... Pero el monte siempre me tiró.

-¿Nota el auge de ese mundillo?

-Sí. Después de las carreras de asfalto, ha habido un bum de las de montaña. Los que se pasan al monte no vuelven al asfalto.

-No hay marcha atrás.

-Es por la libertad que te da correr por la montaña.

-¿Son perfiles diferentes?

-Creo que en las carreras por asfalto se va a competir, y en el monte, a disfrutar; vamos a pasarlo bien. El ambiente es muy sano. Yo solo hago carreras de asfalto para coger velocidad. Me sirven para entrenarme.

-¿Las distancias y los tiempos no cuentan tanto en la montaña?

-Competir no es lo más importante. Yo voy al monte a cargarme de energía. No es la cima, sino cómo llegas a ella.

-¿Hay más riesgo de lesión?

-Sí, estuve tres meses parada por culpa de un esguince. Fue una mala pisada en una carrera.

-¿Su palmarés?

-Algún podio he hecho, pero eso no es lo más importante.

-¿Ahora se está preparando para alguna cita en especial?

-Sí, para la Transvulcania, en La Palma. Es un maratón de montaña (42 kilómetros). Y mi objetivo final es el del Mont Blanc.

-Son dos citas míticas para los que están muy metidos en esto.

-¡Me encantaría hacerlas!

-¿Alguna carrera que le marcase?

-He participado en la caminata más larga del mundo, en Holanda. Había 40.000 personas caminando 40 kilómetros cada día durante cuatro días. También participé tres veces en los cien kilómetros solidarios por una causa, que organiza Intermón Oxfam. Esa distancia simboliza el esfuerzo que tienen que hacer y recorrer, a diario, mujeres y niñas para obtener agua potable.

-¿De dónde le viene la vena comprometida?

-Pues, como el deporte, de mis padres, que siempre me motivaron para ello. Mi madre ha estado, y está, muy vinculada al tema social y me metió en eso. Si soy como soy es gracias a mis padres.

-Se decantó por la Psicología.

-Sí, pero antes de decidir que quería ser psicóloga, ya estaba de voluntaria en la Cruz Roja; y todo eso fue forjando mi espíritu solidario. El verano pasado fui a Perú, con Entreculturas, dentro de un proyecto de empoderamiento de la mujer.

-¿Qué aprendió de esa experiencia?

-Que no se trata de imponerles nada; es entenderles y ayudarles. Piensas que les vas a enseñar un montón de cosas, pero, al final, son ellos los que te enseñan a ti. Además, pienso mucho en lo que dice Bebe en una canción: «Todos somos diferentemente iguales».

-¿Con qué entidades colabora?

-Debido a mi trabajo y al programa de voluntariado de La Caixa, tengo mucho contacto con numerosas entidades, como el proyecto Enki, Aspanaes...

«La cuesta arriba no me impone. Me agobia más controlar el ritmo»

Donde antes había asfalto, ahora hay barro, tojos y muchas cuestas. Cross, trails y ultratrails copan el calendario de carreras en casi toda Galicia. La coruñesa Susan Santos es una apasionada de este deporte. Este fin de semana está compitiendo en el Trail do Castelo, en Quiroga, y el fin de semana pasado se fue al de la Filloa de Zas. Y tan feliz, oigan.

-Está en plena temporada.

-De hecho, estoy compitiendo todos los fines de semana. Voy mucho a Asturias y Portugal.

-Un consejo para hacer un «trail» y no fracasar en el intento.

-El calzado. Unas buenas zapatillas que agarren bien es lo más importante. Eso y las ganas. No hace falta mucho más.

-¿No le presiona la subida?

-No miro hacia arriba. Yo corro sin mirar la cuesta. Me agobia más estar controlando los ritmos de una carrera por asfalto. En la montaña me siento libre.

-¿Toca entrenar mucha cuesta?

-Sí, claro. A mí las cuestas no me imponen respeto. En este deporte la resistencia es fundamental.

-Estar fuerte.

-Así es. Por eso me entreno también en el gimnasio; hago spinning, abdominales… Y un par de días a la semana corro.

-¿Corre sola?

-Pertenezco a un club, AD Jarnachas, de Arteixo, pero entré hace poco tiempo.

-¿Cómo era de niña?

-Muy inquieta y aventurera. Siempre con muchas ganas de aprender y de conocer cosas. No le tenía miedo a nada.

-Con el tiempo, ¿ha conservado esas virtudes?

-Sigo con mucha inquietud y con muchas ganas de vivir. Siempre me dicen que transmito mucha vitalidad y positivismo.

-Lleva a Frida Kahlo en los pendientes. ¿Por algo especial?

-La admiro. A pesar de las dificultades, supo empoderarse.