Roban con engaños a un hombre mayor un crucifijo «de gran valor sentimental»

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Cedida

La policía busca a una mujer de 40 años, morena, de 1,60  y origen sudamericano

20 feb 2019 . Actualizado a las 09:21 h.

Llevaba más de 30 años con el crucifijo de oro colgado al cuello que le regaló su esposa. Nunca se lo quitó hasta que el viernes se lo quitaron. Fue una mujer. Le dio un tirón y huyó con él. Nada se sabe de ella desde entonces. La policía la busca y las tiendas de compra y venta de oro ya están avisadas por si la malhechora decide vender la joya. La asaltante es de origen sudamericano, de mediana edad, fuerte, medirá unos 160 centímetros, tiene el pelo negro, de media melena, su rostro es redondo y para atracar a las personas mayores primero las engaña pidiéndoles un donativo para los niños minusválidos. Cuando ve que la víctima baja la guardia, como ocurrió este viernes, les despoja de los objetos de valor que tengan.

Ocurrió al mediodía, frente al centro cívico de Labañou. El hombre, octogenario, se encontraba allí esperando a su esposa, que había acudido a unas clases. De pronto se le acercó esa mujer. «Se dirigió a mí de manera muy educada, enseñándome un carné y presentándose como voluntaria de una oenegé de ayuda a niños minusválidos», recuerda el hombre.

La escuchó y se ofreció a ayudar. «Si es por los niños con problemas, haremos un esfuerzo, le dije mientras echaba mano a la cartera», explica la víctima. «Cuando vio que confiaba en ella y que hice el gesto de coger la billetera, me arrancó el collar», añade. Corrió y la siguió unos metros hasta que la perdió de vista. «No se imagina la impotencia que tengo. A esa joya le tengo un gran cariño, un amor especial porque fue un regalo de mi esposa hace 30 años y desde entonces nunca me la quité», dice

Lo de menos es su valor material, que lo tiene. Lo que más angustia a su dueño es su «profundo valor sentimental».

El daño es aún mayor si tenemos en cuenta, como él dice, que lo atracaron el día de los enamorados. Y pocos meses antes de celebrar las bodas de diamante, pues llevan nada menos que 60 años casados.

«El daño que me hizo esa mujer y el dolor que me produjo es inimaginable. Pero además, siento rabia porque esa mujer puede seguir por ahí agrediendo y robando a la gente mayor», concluye la víctima.