Los locales del Parrote llevan cuatro años vacíos y a la espera de clientes

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

El de mayores dimensiones cuesta 14.500 euros al mes o 3,5 millones por la concesión

27 sep 2019 . Actualizado a las 18:27 h.

Los locales que iban a dotar de vida la gran explanada del Parrote siguen vacíos más de cuatro años después de la apertura al público de ese espacio peatonal. Hubo diversos proyectos para llevar allí negocios de hostelería, pero hasta el momento ninguno de ellos fructificó.

El Parrote suma tres locales, dos de ellos, de unos 250 metros cuadrados cada uno, en las arcadas de las muralla, y el otro, el más grande, ocupando una superficie de unos 1.000 metros cuadrados con un perímetro acristalado.

Para este último se presentó en el 2016 un proyecto con estrella Michelin, el del Silabario. Iba a ocupar 550 metros cuadrados y teóricamente su apertura estaba fijada, como muy tarde, para el 2017. El local llegó a vallarse con el rótulo de la firma que iba a hacer los trabajos de reforma y el del restaurante. En el inmueble contiguo el Dux iba a ocupar otros 400 metros.

Hoy todo ese espacio sigue vallado, pero con el nombre de una inmobiliaria especializada en bienes de lujo que todavía no ha conseguido colocarlos. La empresa propietaria, Copasa, lo alquila por 14.500 euros al mes, una cifra muy alta, aseguran en el sector de la hostelería, para que algún empresario se arriesgue a invertirla.

Copasa puede explotar ese espacio por el acuerdo que firmó en su día para la construcción del párking. Los 20 millones para el subterráneo los puso la empresa, que a cambio explotaría el aparcamiento y el local en superficie.

Quien desee comprar esa concesión también puede hacerlo. Copasa pide por ella 3,5 millones de euros, cantidad que no otorga la propiedad, sino la concesión, a la que le quedan 32 años.

Los otros dos locales del Parrote, más modestos, están igualmente desocupados. En uno se iba a abrir un establecimiento que llegó a tener nombre, el Baluarte. Sin embargo, la empresa que había reservado el local desistió y dejó el proyecto.

Sí queda otro más, bajo los cinco arcos más cercanos al Finisterre. Sin embargo, el hostelero que allí pretende abrir dedicó años a conseguir la licencia municipal y aguarda ahora a que la Autoridad Portuaria afronte pequeñas obras para mejorar la cubierta del inmueble y que se ejecutarán próximamente. Sigue sin fecha para su apertura.

El canon que cobra el Puerto por el uso de esos establecimientos es sensiblemente menor a lo que solicita Copasa por el suyo. Esos alquileres cuestan entre 20.000 y 24.000 euros al año. Por ahora, la zona sigue sin perspectivas de ver a corto plazo un establecimiento de hostelería en funcionamiento. 

Un área con desperfectos recurrentes y pendiente de mejoras

La Marina y el Parrote llevan esperando desde su inauguración por planes de mejora que no acaban de concretarse. En al agenda sigue la construcción de una pérgola con zonas verdes para dar sombra y otro aspecto a la zona, encargada a los arquitectos Creus y Carrasco, de la que nada se sabe.

En la nueva zona peatonal hay firme en mal estado, señalización deficiente, losas rotas, pegotes de cemento y algunas pintadas. Papeleras rotas y luces de suelo dañadas completan el panorama en un espacio en el que el mantenimiento es escaso. 

De fondo, las diferencias entre Ayuntamiento y Autoridad Portuaria. El primero debe 4,8 millones al Puerto por las obras de urbanización que se niega a pagar mientras el Puerto no le ceda el suelo de la Marina.

Hogar para sintecho y espacio lleno de pintadas

MILLARES

Detrás del local más grande, junto a los arcos, dormían estos días personas sin hogar sobre un colchón, junto a la salida del párking. Las paredes en esa zona, más oculta para los viandantes, llevan años llenas de pintadas.