-¿Cuál es su papel en Stanford?
-Superviso un laboratorio de 18 personas, en el que hay estudiantes de tesis, posdoctorados, médicos… Por encima de mí está la directora del Centro de Inmunoterapia de Stanford, Crystal Mackall. Esto es un esfuerzo titánico de muchas personas.
-Si volviese a iniciar ahora su carrera, ¿haría algo distinto?
-Me habría pensado mejor el centro en el que hice mi posdoctorado. En Estados Unidos, el laboratorio del que vienes tiene mucho peso. Antes de dar el salto, la tesis es fundamental y hacerla en España es excelente. Estamos muy bien valorados fuera.
-¿Tener un buen mentor es un factor importante?
-Totalmente. Si estás en un momento en el que necesitas supervisión constante, asegúrate de que tu jefe esté presente. Si pasa más tiempo fuera del laboratorio, viajando o dando charlas, que haya alguien en su lugar. A no ser que seas independiente.
-Pero ¿cómo puede saber eso alguien que está empezando?
-Cuando le estén entrevistando, que se tome la conversación como algo bidireccional. Debe hacer preguntas que en España no hacemos jamás: cuánto dinero tiene su laboratorio, cuánto le va a durar y cuándo podré publicar.
-¿Algún otro consejo para los jóvenes investigadores?
-Que se lancen sin miedo. Que busquen un buen laboratorio y que tenga una buena financiación. He visto a gente tener que regresar a España porque sus jefes se habían quedado sin dinero.
«El 50 % de los pacientes que se tratan con inmunoterapia se están curando»
En la vanguardia de la lucha contra el cáncer, la coruñesa Elena Sotillo se dedica a desarrollar nuevas inmunoterapias contra los tumores infantiles en el Instituto de Cáncer de la Universidad de Stanford.
-El gran éxito de la inmunoterapia se está dando en leucemias y en linfomas. ¿En qué trabaja su laboratorio?
-Nuestro propósito es replicar el éxito de las células T en tumores de cerebro y sarcomas. El nuevo reto es aplicar esa terapia a los tumores sólidos, que son mucho más difíciles de tratar.
-¿En qué punto está la investigación?
-Esperamos empezar los ensayos clínicos el año que viene. Las expectativas son muy grandes. Por otra parte, hay que pensar que estos tratamientos los van a recibir pacientes en los que han fallado todas las terapias convencionales (quimio y/o radio y/o cirugía), así que los tumores a los que nos enfrentamos son muy agresivos…
-¿Se modifica el sistema inmune del paciente solo cuando no le queda otra opción?
-Sí, cuando ya ha fallado todo lo demás. La inmunoterapia es como vacunar al paciente contra su propio tumor.
-¿Los ensayos serán en adultos?
-Sí, y según como funcione, ahí empezaríamos ya con pacientes pediátricos.
-¿Es optimista?
-Sí, mucho. Sobre todo, por los resultados que estamos viendo en leucemias y linfomas, en pacientes que se morían. El 50 % se están curando y tienen una vida larga y fenomenal. Además, con salvar ya solo a un niño, todo el trabajo merecerá la pena.
-Esto requiere perseverancia.
-Ya sabe, la paciencia es la madre de la ciencia.