Las otras dos fotografías que le valieron la distinción fueron tomadas en Sicilia (el retrato de un vendedor de paraguas ambulante) y en la Costa da Morte, en un monte de Cee, durante la extinción de un incendio forestal.
El galardón deriva de una competición que organiza anualmente la Federación Europea de fotógrafos Profesionales, y es la segunda ocasión en la que Rodríguez se hace con él, ya que en el 2017 fue nombrado también fotógrafo europeo del año tras presentar otros tres trabajos: una foto de la rapa das bestas de Cedeira, y dos de una ballena varada en A Redonda, en Corcubión.