Consideran probado que apuñaló con alevosía a la víctima, con la intención de asesinarlo y sin que conste el motivo
29 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado a 15 años y medio de cárcel y a siete años de libertad vigilada al hombre que asesinó a otro compañero en el exterior de la Institución Benéfico Social Padre Rubinos, un crimen ocurrido el 8 de enero del 2017. Después de que el jurado popular considerase culpable al acusado, la Audiencia le impone ahora esta pena como autor de un delito de asesinato con alevosía. Así, el fallo considera probado que el acusado apuñaló mortalmente a la víctima en la tarde del 8 de enero de 2017, con un arma blanca y de doble filo que portaba en su cazadora. La puñalada le atravesó el corazón, lo que le causó la muerte en un corto espacio de tiempo. El crimen, estima el fallo, se realizó con «alevosía», dado que el condenado actuó «por sorpresa» y la víctima no tuvo la posibilidad de defenderse.
«Después de mantener una conversación con el fallecido, [el condenado] se dio la vuelta e hizo amago de irse, haciéndole creer que abandonaba el lugar, pero se giró de nuevo repentinamente y, de forma rápida, sacó el arma de entre sus ropas y se la clavó», relata el tribunal, al tiempo que destaca que la víctima «no esperaba el ataque y no tuvo oportunidad de defenderse».
La agresión se produjo «sin que conste el motivo» y, considera la sala, con «intención de acabar con la vida» del hombre o, al menos, siendo consciente de «riesgo evidente de su acción». En el fallo, los magistrados tuvieron en cuenta el atenuante simple de alteración psíquica, pero rechazaron, como demandaba la defensa, que el acusado tuviese «totalmente anuladas» las capacidades volitivas e intelectuales cuando cometió los hechos.
«Se acredita el trastorno de personalidad y un consumo crónico de bebidas alcohólicas y otras sustancias de abuso, pero el informe forense únicamente estima una afectación de las capacidades leve», indican en la sentencia. Además de la pena de cárcel, la Audiencia condena al asesino a indemnizar a la familia del fallecido en más de 176.000 euros.