Una parada de bus que jamás estuvo libre de coches

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

Los urbanos dejan a los pasajeros sobre el asfalto en la avenida del Ejército, a veces repleta de doble fila

16 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que ocurre con el tráfico en la ciudad tiene mucho que ver con la falta de civismo de muchos conductores y con las costumbres (malas) adquiridas durante años por quienes sacan el coche en A Coruña. Los del «solo un momentito».

Un buen ejemplo de cómo puede afectar al tráfico es lo que ocurre en muchas paradas de autobuses, sobre todo fuera del centro. Los usuarios de las líneas 1 y 17 sabrán de qué va el problema. Ambas líneas recorren la avenida del Ejército y en ella paran tres veces. Resulta prácticamente imposible ver alguna de esas tres paradas, en menos de un kilómetro, libre de coches. Una, en concreto, se ha convertido a fuerza de usarla en un aparcamiento más. Quienes emplean la parada de la avenida del Ejército a la altura del número 68 estarán ya acostumbrados a bajarse en el asfalto. Es más, muchas veces los usuarios del bus descienden lejos de la acera porque no solo está ocupada la línea reservada, sino que hay coches en doble fila.

Jamás se ha visto a nadie poniendo orden en esa parada, con los vecinos resignados a la dura realidad. Un inconveniente menor para alguien joven, una incomodidad para los más veteranos, un problema para quienes tiran de un carrito de bebé o del carro de la compra y directamente una barrera infranqueable para un usuario que trate de bajarse en silla de ruedas o camine ayudado por muletas.

La ocupación de paradas de bus supuso el año pasado la imposición de 968 multas por parte de la Policía Local, nada comparado con las 36.187 de la cámara de la Marina.

La doble fila, causa importante de la ralentización del tráfico en A Coruña, tampoco sufre la presión policial: 1.235 multas en el año 2017, menos de la mitad de las que se pusieron en el 2014.

La incidencia de la doble fila la resume muy bien con un ejemplo el presidente del comité de Tranvías y conductor de autobuses, Alberto Couselo: en la ronda de Nelle, desde Cuatro Caminos hasta el cruce con la avenida de Finisterre se conduce con fluidez y sin ningún problema. Desde ese punto hasta el estadio la cosa cambia y comienzan las complicaciones al volante. ¿Por qué? Porque en el primer tramo los carriles de la vía están despejados y porque el segundo es territorio tomado por la doble fila. Y la ronda no es el peor de los lugares. Basta con darse una vuelta por la plaza de Lugo.