A Coruña gastará en alumbrado navideño menos de la mitad que Vigo

La Voz A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Más de 2,6 millones de leds iluminarán la ciudad a partir del martes con un coste de 335.000 euros, frente a los 825.000 que desembolsará el gobierno de Caballero

04 dic 2018 . Actualizado a las 11:42 h.

La marcha atrás de la Marea en su política de iluminación navideña convertirá a A Coruña el martes, cuando se enciendan las luces, en la segunda ciudad de Galicia con mayor inversión en iluminación navideña, con un gasto de 335.000 euros este año. Con todo, la cifra supone menos de la mitad del presupuesto que destinó Vigo al mismo cometido, con 825.000 euros. Por detrás aparece ya Lugo, cuyos adornos de Navidad se financiaron con 139.000 euros, poco más que la sexta parte de lo desembolsado en la urbe olívica. La media de las principales localidades autonómicas se sitúa, aproximadamente, en 240.000 euros.

En A Coruña, la inversión supone un 40 % más que las Navidades del 2015, año en que el actual gobierno local la redujo de 560.000 a 241.480 euros, generando quejas de los comerciantes que se tradujo en una rectificación posterior.

La llegada de la Navidad a las calles gallegas también es heterogénea en las fechas de encendido: Vigo se adelantó al resto pulsando el interruptor el pasado día 24 tras el desafío lanzado por Abel Caballero a Tokio y Nueva York, mientras que Ferrol y Pontevedra lo harán el 5, miércoles. A Coruña lo ejecutará un día antes, el martes 4, tras el despliegue de 543 arcos transversales, 108 motivos sobre farolas, 77 árboles iluminados, dos fachadas y tres monumentos con luces. Todo, repartido en 107 ubicaciones de 36 barrios de la ciudad, con el relumbrón habitual en el Obelisco y la Marina, que repiten con el árbol y la esfera repletos de bombillas led.

Las calles estarán adornadas por más de 2,6 millones de luces, una cifra que equivale a casi un tercio de las que habrá en Vigo, donde se estima que se han distribuido casi nueve millones que también han ejercido como polo de atracción para turistas, pese a que expertos como Salva Bará, de la Universidade de Santiago, avisaron meses atrás de la contaminación lumínica derivada de las luces en las grandes ciudades y, a mayores, de propuestas como esta.

Pero más allá de la comparativa de proyectos, la otra arista de análisis es la distribución y los posibles usos alternativos de la partida presupuestada para los adornos de Navidad, un tema que sí ha generado más debate en A Coruña durante los últimos años.

Por ejemplo, en el barrio de O Birloque, Ramón Mañana, que preside la Asociación de Vecinos de San Cristóbal das Viñas alude a reivindicaciones recientes de la zona, porque «con el dinero de las luces podría llevarse a cabo un comedor social donde dar un desayuno, una comida y una cena a la gente que no tiene con qué vivir, además de crear empleo aquí». Pero que nunca llueve a gusto de todos se palpa precisamente en O Birloque, donde en las Navidades del año pasado salieron varios comerciantes y vecinos a adornar la mediana con cintas y bolas navideñas para dar brillo al lugar. En esta ocasión, Mañana confirma que «sí habrá arcos en la avenida de Glasgow».

Luisa Varela, presidenta de la Confederación de Asociaciones de Vecinos de A Coruña, señala que esta cuestión se ha ido transmitiendo a los diversos ejecutivos que han ido desfilando por el Ayuntamiento: «Sabiendo que nunca estará todo el mundo de acuerdo, sí debería instalarse más decoración navideña en otras zonas que no sean el centro, aprovechando los parques y las rotondas de los barrios».

Pero Varela respalda hacerlo de forma equilibrada y sin entrar en locuras. «El gasto que se hace en Vigo aquí no se lleva a cabo, pero el realizado allí me parece realmente exagerado», reflexiona.

Algunos barrios proponen una distribución más equitativa

Un chequeo por el cinturón de barrios que rodea el centro de A Coruña certifica que no en todas las zonas de la ciudad se percibe una distribución equitativa de las luces navideñas. Luisa Varela, que va recopilando las sugerencias de los vecinos, incide en que «no es una situación nueva» y que «no debe volverse a los barrios de primera y de segunda porque todos pagamos los mismos impuestos ».

Mientras, Mariló Fernández, de la Asociación de Comerciantes de O Castrillón, Eirís y Monelos, señalaba que «podía haberse aprobado una partida presupuestaria extra para repartir más luces en las calles de A Coruña menos iluminadas por Navidad». Explica que, a su juicio, «las luces, la música y el ambientillo navideño fomentan las ventas», y que «eso incita más a las compras que una calle desierta».

El tramo final de avenida de Oza

En Os Castros, desde la rotonda que marca la bifurcación a la calle Vales Villamarín y los últimos metros de la avenida de Oza, diversos propietarios instaban a que los adornos, más presentes en el tramo que llega desde Cuatro Caminos, alcancen también su zona. Andrea Pérez, que regenta una óptica cercana en la avenida de A Pasaxe, cuenta que en las Navidades de 2017 «se gastaron 3.000 euros del fondo común entre los comerciantes asociados de la zona para alquilar dos arcos, y también adornos para las farolas». Cada arco, por ejemplo, les supuso un desembolso de casi 500 euros. Este año, tantearon la opción de efectuar algún gasto para el mismo cometido, pero las arcas no estaban para florituras y se descartó la idea. «Cometimos el error de no decir a los clientes que esto lo habíamos sufragado nosotros», explicaba Pérez, por aquello de hacer sentir al vecino su identificación con las calles y comercios de siempre.

?Ella asume que «es comprensible que la gente baje al centro, porque aquí los días 24 y 31 apenas hay clientes, pero en el día a día sí se fijan en nuestros establecimientos, y se podrían alargar los espacios para distribuir mejor los tendidos».

La calle Posse

Paulo Sexto, de la asociación Gaiteira-Oza-Os Castros, aplaude que este año «sí se ven más arcos en la calle de la Merced». Sin embargo, percibe la posibilidad de realizar mejoras en la plaza de A Cubela y la calle Posse, próximas al Centro Comercial Cuatro Caminos. «Solo pedimos que la distribución sea más equitativa», reclama Sexto. Además, confirma que barajan «comprar adornos navideños entre todos y hacer alguna campaña para que los vecinos no se vayan a las grandes superficies comerciales», pero todavía está en fase de definición. 

El problema de O Castrillón

Desde el final de la avenida de la Concordia hasta la plaza de Pablo Iglesias se ven diversos arcos luminosos, repartidos a una notable distancia entre ellos. Las fincas en la zona y el ancho de la calzada en según qué tramos no ayudan a su colocación, pero Mariló Fernández pide equilibrar la balanza, porque «en el centro de la ciudad los hay, y de forma masiva». En ese sentido, Fernández aboga por dar un empujón a los barrios con una capacidad adquisitiva menor. «No podemos permitirnos hacerlo nosotros mismos», lamenta.