Más de seis kilómetros y 40 minutos para encontrar un hueco en el Agra del Orzán

a. mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

Es uno de los barrios donde más difícil resulta estacionar: solo existen 2,3 plazas por cada cien habitantes

25 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay barrios donde es más fácil que te regalen un piso que aparcar cerca de casa. La Voz lo intentó en las peores zonas y en algunos casos el trabajo de campo se prolongó cerca de una hora y la búsqueda obligó a circular varios kilómetros.

Plaza de Lugo-distrito Picasso

Zona de compras, zona de paciencia. Los cinco aparcamientos privados que hay en la zona no llegan a nada pese a que entre todos suman un millar de estacionamientos. Aparte de que en algunos de ellos, como el que hay bajo la plaza de Galicia, las plazas tienen el ancho de la hoja de un bacalao. En un lugar en el que abunda el comercio y la hostelería, encontrar un sitio para dejar el coche en superficie obliga a pagar la ORA. Mucho más barata, pero casi imposible de utilizar porque son miles los que se disputan los huecos. Además, la mayoría de las calles que rodean las plazas de Lugo, Ourense, Vigo y Galicia son estrechas y con circulación densa durante todo el día. Sobre todo por las mañanas. En cambio, al caer la noche, cuando cierra el comercio, la cosa mejora. El martes pasado, el cronista tardó 26 minutos en aparcar. Tras recorrer tres kilómetros y medio en medio de un intenso tráfico, la suerte llegó en Rosalía de Castro. Según un estudio del Ayuntamiento, es la zona de la ciudad con menos aparcamientos por habitante. Por cada cien vecinos, solo hay 2,1 plazas.

Agra del Orzán

Un calvario las 24 horas del día. Dicen los residentes, como Manuel Dopico, de la asociación vecinal, que es casi más complicado encontrar un hueco en la noche que durante el día. «Los edificios apenas cuentan con garaje y eso nos obliga a aparcar en superficie. Somos muchos vecinos y pocas plazas», dice. La Voz lo comprobó. A partir de las 22.00 horas, no hay un hueco. Ni en las zonas prohibidas. Coches en aceras, en pasos peatonales o paradas de bus. Tal es así, que este miércoles el periodista recorrió más de seis kilómetros durante 40 minutos para estacionar. Durante el día no mejora mucho la cosa. Pese a todo, siempre hay plazas vacantes en los aparcamientos de la ronda de Outeiro y As Conchiñas. En el Agra solo hay 2,3 estacionamientos por cada cien habitantes.

Entorno de la ciudad vieja-pescadería

Mejor, ni acercarse con el coche. No hace mucho, un coruñés de Os Mallos que quería ir a la Colegiata, iba en coche y punto. Se metía por las callejuelas y lo dejaba en cualquier esquina. Ahora ya no se puede ni acercar. Deberá dejar su vehículo en un aparcamiento -hay muchos en las proximidades y poblados de plazas- o ir a aparcar a Monte Alto, donde es tan o más complicado. Desde que la Ciudad Vieja es de los residentes, «es una locura venir en coche», comenta Emilia Ferreiro, dueña de una tienda. Dice que «la gente del resto de la ciudad ya lo va entendiendo y ahora a pocos se les ocurre venir en coche. El que lo hace un día, no vuelve».

Cuatro caminos

Por las mañanas, «un infierno». Siempre ha sido una de las zonas más vigorosas de la ciudad. Ahí, en una sola manzana, se concentran instituciones, organismos y negocios de tal envergadura y peso histórico como Tráfico, varios psicotécnicos, el servicio de Dependencia de la Xunta, un tanatorio, un bingo, la Oficina Municipal de Información al Consumidor, dos mutuas, populares negocios de hostelería y la sede judicial de Tabacos. «Por las mañanas es un infierno», destaca Mercedes Pousa, trabajadora de un psicotécnico. El pasado viernes, La Voz acudió al mediodía a la zona para comprobarlo y fueron necesarias muchas vueltas durante 18 minutos para hallar un hueco libre.

Matogrande

Más clientes que plazas. Tratándose de un lugar con mucha hostelería y en el que las plazas son destinadas en su mayoría para los clientes, aparcar resulta complicado. Sobre todo por las mañanas y al caer la tarde. A las 21.00 horas del viernes, el trabajo de campo en busca de una plaza se prolongó durante 13 minutos. Lo menos malo es que los tiempos de estacionamiento son cortos «porque la gran mayoría son personas que vienen a tomar algo y se van», comenta una empleada de Rubia y Gallega.

Os mallos y riazor

Otras zonas caóticas. El barrio de Os Mallos, como el entorno del estadio de Riazor, son zonas en las que abundan los malos aparcamientos. Ante la escasez, de la mañana a la noche son muchos los vehículos que copan las aceras y se sitúan en esquinas o en las paradas de transporte urbano.

Los lectores opinan

Las plazas de Lugo, Ourense, Vigo y Galicia, lo peor. Con la doble fila instaurada en la ciudad, encontrar plaza o circular por ciertos barrios se ha convertido en una odisea, así lo corroboran los participantes en el debate que se planteó en web de La Voz. Los lectores han votado que los peores sitios para aparcar son el entorno de las plazas de Lugo, Ourense, Vigo y Galicia (26 %), la Ciudad Vieja (20 %) y el Agra (18 %). Algunos reconocían que A Coruña es una ciudad en la que «se usa el coche para todo», reclamaban unas tarifas más económicas para que los aparcamientos funcionen como alternativa, situaban a los polígonos de Pocomaco y A Grela como zonas para las que casi la única alternativa es coger el vehículo particular, ya que el transporte público no alcanza toda su extensión, cuestionaban la permisividad con el uso de los coches particulares y con la doble fila, y reivindicaban la apuesta personal por el transporte público como la mejor solución.