A Benidorm... a jugar al futbolín

A CORUÑA CIUDAD

M.R.

La ciudad ha dado ya grandes campeones nacionales en este juego de bar

25 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Qué golazo!». «Qué paradón!». «¡Mira esta!... ¡O esta!». «¿La viste?». Son algunos de los comentarios que se escuchan por encima de los golpes metálicos. En otros momentos solo suenan toques secos. Tac. Tac. Tac.... La bola golpea contra los laterales del portero. Luego trallazo, quizá con un rebote lateral, y adentro. «En estos futbolines la bola rebota más y hay gente que lo aprovecha», explica uno de los jugadores. Seis parejas juegan al mismo tiempo en este invento ideado hace más de medio siglo por el gallego Alejandro Finisterre; lo hacen en el número 7 de la calle Industrial, en A Falperra. Cada tarde-noche, en los tres futbolines del bar A Escala se juega la VIII Liga Futbolín Tsunami. Un gran cartel detalla las categorías: primera, segunda y tercera división; Champions, UEFA y especiales.

Yago, que acaba de terminar una de las partidas, detalla que, además de Facebook, tienen una aplicación de móvil que les permite seguir cómo va un torneo en el que juegan más de un centenar de personas. Ahí están las 20 parejas de la primera división, 21 de la segunda...

Juegan de lunes a viernes. «Algunos se lo toman casi como un trabajo y los fines de semana descansan», apunta otro de los participantes. De todos modos, para el próximo puente de diciembre muchos de ellos no estarán en la ciudad porque hay un buen grupo que se va a Benidorm... para jugar al futbolín. Entre ellos estará José Antonio Ronquete, «todo el mundo lo conoce por Toni. Ha ganado varios campeonatos de España», explican sus compañeros mientras al que califican como «el mejor portero de A Coruña» disputa una partida. En algunos momentos juega de delantero dejando de portero a Cristian Calviño. Al acabar comenta que no sabe aún quién será su acompañante en el torneo que disputará en Benidorm, donde se reunirán unas 300 parejas de toda España; augura Toni que Cristian «tiene un gran futuro, será de los muy buenos», siguiendo así la estela de su padre, Jose, que es «de los mejores de España». De hecho, ambos juegan juntos y se inscriben en los campeonatos como «pai e fillo».

Jugadores de 20 a 50 años

Toni tiene 31 años y considera que empezó a jugar muy tarde, a los 18, mientras que otros lo hicieron mucho antes. En esta liga de A Escala, la edad de los participantes oscila entre los 20 y los 50 años, detallan varios habituales. También hay parejas mixtas, chica y chico, y otras formadas solo por mujeres. Después de una primera ronda de partidas se hacen grupos similares en función del nivel de juego para seguir la competición.

Uno de los jugadores comenta que es fontanero y viene a jugar después de salir del trabajo. Luego pregunta: «¿Eres de La Voz...? Pero si tienes allí en los talleres a un tipo que lo ha ganado todo, es un crack...». Habla de Carlos Santiso, que hace ahora una década se proclamaba campeón nacional de futbolín teniendo como pareja a Emilio Bestilleiro. Le contaba entonces Santiso a Pablo Portabales: «Jugamos en un futbolín Presas 2000, que es el que se suele utilizar en este tipo de campeonatos».

En A Escala, los futbolines no son de dicha firma, con sede en Lalín, sino Tsunami y fueron instalados hace unos tres años. Según explican varios jugadores, el tipo de futbolín es importante y de hecho algunos recuerdan como empezaron a jugar en los Presas y ahora lo hacen el Tsunami. «El suelo es más rápido, los jugadores más robóticos y las bandas también rebotan más», contaba Alexandre Cal, responsable de A Escala y uno de organizadores del torneo disputado hace algo más de un año en el pantalán de Oza por más de un centenar de participantes.

De Rábade a Punta Umbría

Las propias marcas de los futbolines son las que suelen promover las competiciones y la próxima de Benidorm es una más en un calendario que tiene lugares emblemáticos como son Rábade, en Lugo, que reúne a más de 400 jugadores cada año, o Punta Umbría.

En todas ellas la presencia gallega es siempre muy destacada y prueba de ello es que hay una decena de campeones en distintas categorías. Cuando ganaron Santiso y Bestilleiro era el cuarto año consecutivo que una pareja coruñesa llegaba a la final, «lo que deja patente el nivel que existe en nuestra ciudad a pesar de que cada vez hay menos sitios para jugar», decían entonces los ganadores. Jugadores habituales de A Escala, un local abierto en 2010, explican que «en Peruleiro hay otro sitio, Futbolín Club Coruña [calle Juan González Rodríguez, 4] y hay gente de aquí que juega también allí y al revés».