¿Se acuerdan del restaurante Duna?

A CORUÑA CIUDAD

Verónica Vázquez Vázquez

Veteranos de la hostelería que trabajaron en el legendario restaurante Duna de Oleiros, hermano del Duna 2 de la calle de la Estrella, celebraron un encuentro en O Mascoto, cuyo propietario se formó a finales de los sesenta en el citado local

20 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Creo que no existe hoy en día ningún establecimiento con el nivel de servicio que ofrecíamos entonces en el Duna», analiza Jose Merelas. Es el propietario del mítico mesón O Mascoto de la avenida de Arteixo y antiguo empleado del restaurante inaugurado en los años sesenta en Oleiros y que más tarde tendría un hermano, el Duna 2. ¿Se acuerdan? «Era el local de la alta sociedad coruñesa», apunta Jose, que en las últimas horas reunió a antiguos trabajadores del Duna. «Estuvimos, más o menos, entre 1964 y 1972. Yo tenía 18 años y estaba recién llegado de Teixeiro. Venía de la aldea y estuve dos meses fregando vasos. No me dejaban atender a la gente. Las cigalas a la plancha y los pescados, que se servían limpios en la mesa, eran los platos más demandados», recuerda este profesional que tras formarse en el Duna abrió el Mascoto en la Navidad de 1972. Recuerda que en alguna ocasión lo llamaron para echar una mano en el Duna 2, el conocido restaurante de la Estrella que decidió abrir Antonio Arévalo tras el éxito del local de Oleiros. Antonio, que se había formado en el Hotel Embajador mantuvo abierto el negocio hasta que en 1989 tomó el relevo César Gallego, al que conocía de haber trabajado juntos en el citado hotel. «Fue mi primer jefe en el Duna 2, que fue donde empecé cuando le dije a mi padre que quería ser cocinero», recuerda Pablo Gallego, que ensalza la labor de Arévalo. «Era el Bulli de aquellos tiempos. Hacía liebre con habas y otros platos que en aquel entonces eras muy diferentes a los que se conocían por aquí. Organizaba jornadas y venían cocineros de muchos sitios», relata Pablo. Por unas horas regresó el espíritu del Duna. «Cuando te encuentras con gente después de tantos años es una maravilla», sentencia Jose el del Mascoto.