El bus, como en el 2015 pero con pleitos

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

La concesión queda para el próximo mandato, las nuevas tarifas siguen pendientes y abocadas a un conflicto judicial, no se ha implantado el carril exclusivo y la reforma de líneas está igual

19 nov 2018 . Actualizado a las 09:59 h.

El transporte colectivo de A Coruña continúa igual que en mayo del 2015, aunque el programa de la Marea comprometía importantes cambios en ese servicio. A seis meses de que termine el mandato, las mejoras no se han producido y el Ayuntamiento se ha enzarzado en un conflicto judicial con la Compañía de Tranvías que se alargará al próximo mandato y puede complicarse. 

El carril bus

Ni un metro. En el 2015 se anunció la recuperación del carril bus, que se había sido retirado en el mandato anterior, para el año siguiente. No se hizo. A finales del 2016, el gobierno local aseguró la construcción de un carril bus de doble dirección en Juan Flórez para verano del 2017. Tampoco se hizo. A día de hoy, pese a que en la campaña del 2015 se anunció su regreso como prioritario, no se ha construido ni un metro de carril bus en la ciudad. Tampoco se han anunciado planes para implantarlo en el futuro, ni se ha explicado cómo se compatibilizará con los carriles bici. 

La reforma de las líneas

En blanco. Entre las medidas para los primeros cien días de gobierno, la Marea incluyó la «priorización do transporte público», entre otras medidas con una «reordenación e ampliación das liñas de transporte urbano». No se hizo ni en los primeros cien días ni en los siguientes 797, hasta hoy. Por el momento ni se ha planteado un esbozo de cómo se podrían redistribuir los trayectos y las frecuencias, aunque se han gastado más de 600.000 euros en estudios previos. En todo este tiempo solo se ha aprobado una pequeña modificación para retirar la parada de Urgencias del Chuac y que las líneas que iban hasta allí (12, 12-A y 17) tengan su cabecera en el Materno. El cambio no estuvo libre de problemas, entre otros que la conexión desde ese centro a la avenida de A Pasaxe no se ha mejorado, y los buses articulados se ven obligados a invadir dos carriles cuando se incorporan esa vía. 

Las nuevas tarifas

Abocadas a los tribunales. La otra medida para los primeros cien días consistía en fijar «novas tarifas, con novas bonificacións e tarifa plana por anticipado». Tampoco se hizo en ese plazo, aunque podría haber cambios el 1 de enero, 841 días después de lo que estaba previsto. 

Lejos de negociar con Tranvías la tarifa plana o las bonificaciones, el alcalde optó por imponer una bajada unilateral de los precios del billete general hasta 1,20 euros (un 8 % menos) y del bonobús hasta los 0,75 (un 12 %), además de que los menores de 14 años puedan viajar gratis.

Esas rebajas, subrayó el alcalde, se aplicarán sin negociación, porque tienen «potestade» para hacerlo, y a cargo de los beneficios de la Compañía de Tranvías.

La firma estudia tomar medidas judiciales, ya que la fórmula por la que se calculan las tarifas está recogida en el contrato de la concesión, y solo refleja la posibilidad de subir, no bajar, los precios si la fórmula lo indica.

La oposición se ha mostrado muy crítica con la decisión, que tachó de «efectista», «populista» o «electoralista». Tanto el PP como el PSOE han advertido que derivará en un proceso judicial que obligará «a todos los ciudadanos», subrayaron los socialistas, a indemnizar a la empresa.

La decisión está pendiente del permiso de la Comisión de Prezos, que se reunirá en próximas semanas. Ese organismo autonómico está presidido por el director xeral de Comercio de la Xunta y del que forman parte 14 representantes de seis consellerías, y otros 14 representantes de las cámaras de comercio gallegas, la Confederación de Empresarios de Galicia, las asociaciones de consumidores y los sindicatos. 

La concesión

Marcha atrás con lío judicial. En noviembre del 2016, por sorpresa, el gobierno local anunció que daba por caducada la concesión a Tranvías, firmada en 1986, aduciendo la aplicación de un reglamento de la UE que entró en vigor 23 años después, en el 2009, y que limita la duración de esos contratos a 30 años. Pese a que suponía aplicar nueva normativa de forma retroactiva, el ejecutivo siguió adelante y aseguró estar preparando la nueva concesión. 

Nunca se supo cómo sería, y esta misma semana el gobierno local reculó y aprobó que la concesión continúe hasta que haya una sentencia judicial firme, ya que Tranvías ha recurrido al Contencioso. Lo más probable es que antes termine la concesión vigente, que finaliza en el 2024.

La marcha atrás del ejecutivo de Ferreiro, que hasta ahora había defendido el fin de la concesión como un éxito de gestión, coincide con un dictamen del abogado general de la UE para casos similares que respalda la postura de Tranvías. Ese informe, según el alcalde, apoyaría su decisión de bajar las tarifas, pero el texto no habla de precios y el gobierno local no ha aclarado a qué artículo se refirió el regidor.

Así las cosas, la concesión y el nuevo conflicto judicial serán herencia para el próximo mandato.

La oposición

«Anos perdidos». En este mandato tampoco se han abordado otras asignaturas pendientes, como la mejora de la tarjeta Millennium, mientras la obra de la nueva estación intermodal se ha retrasado y llegará después que a Santiago, Vigo, Ourense y Pontevedra. La principal novedad ha sido la llegada del transporte interurbano al centro, una decisión de la Xunta que el gobierno local primero apoyó y después puso peros. La portavoz del BNG, Avia Veira, hacía balance el viernes a raíz de la marcha atrás en la caducidad de la concesión: «perdéronse dous anos [...] nos que se podería ter avanzado en cuestións prácticas: a reordenación de liñas, o aumento de frecuencias [...], cuestións que se adían sine díe e que amosan unha neglixencia e [...] unha tomadura de pelo a toda a veciñanza».