Un referente del mundo del arte

x. f. REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

BENITO ORDOÑEZ

Francisco Calvo Serraller falleció a los 70 años tras una vida dedicada a la cultura, con libros y ponencias en el ámbito de la pintura

17 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El mundo del arte perdió ayer un referente en los ámbitos de la crítica, la gestión y la difusión y valoración de la creación, especialmente la pictórica. Francisco Calvo Serraller, nacido en Madrid en 1948, falleció en su ciudad natal tras una enfermedad que llevó con discreción. Escribió libros y artículos periodísticos, fue comisario de exposiciones y, entre 1993 y 1994, director del Museo del Prado, además de un pródigo conferenciante. En Galicia eran frecuentes sus visitas como ponente invitado en ciclos organizados por la Fundación Barrié de la Maza. El pasado mes de abril estuvo en A Coruña para hablar de Picasso, de cuyo Guernica subrayó su mensaje universal, el retrato de un apocalipsis íntimamente ligado con la experiencia de la Guerra Civil y que, siendo una obra completamente renovadora, también dialoga con la tradición, en su reinterpretación de la figura de la pietà.

Más allá de períodos

Precisamente ese era uno de los mensajes en los que insistía Calvo Serraller, el de la apreciación del arte más allá de períodos, movimientos y, por supuesto, modas. «La gente a la que solo le gusta el arte del pasado no le gusta el arte en absoluto», le explicó a Héctor J. Porto en una entrevista el año pasado. En esa misma línea, siempre abogó por una mirada amplia hacia la creación: «Lo maravilloso del arte, y que no tiene nada que ver con la técnica, es que cambia pero no progresa. Cada cambio que se produce en el arte incorpora algo nuevo para admirar pero no vuelve obsoleto lo anterior».

Licenciado en Filosofía y Letras, Calvo Serraller era doctor en Historia del Arte. Entre sus publicaciones destacan España, medio siglo de arte de vanguardia, un estudio en dos volúmenes de los acontecimientos en las artes plásticas españolas del último medio siglo. Testimonio de la amplitud de su alcance son los libros que le dedicó a creadores tan distintos y de épocas tan distintas como Velázquez, Picasso y Miquel Barceló. Picasso o Julio Romero de Torres fueron algunos de los artistas de cuya obra organizó exposiciones.

Siempre reivindicó el arte como un ejercicio «sin mandamientos», donde las modas vienen pero también desaparecen. «El arte es un territorio de libertad»: así podía resumirse su credo.