La destrucción del paisaje urbano que pudo ser patrimonio de la humanidad

Mila Méndez Otero
m. méndez A CORUÑA/ LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Ángel Manso

La especulación se llevó por delante edificios singulares. Los que resisten se enfrentan a otra amenaza: el olvido

08 nov 2018 . Actualizado a las 11:12 h.

Progreso, especulación o ignorancia. No se sabe qué factor pudo pesar más. Los sesenta y setenta fueron los años del drama. Las décadas de la destrucción que se llevó por delante auténticas joyas de la arquitectura local. Edificios con firma. Los de Boán y Callejas, Delage Villegas o Palacios. El profesor del área de Urbanística e Ordenación do Territorio de la UDC, Xosé Lois Martínez, lo define como el quindenio «da barbarie». El docente fue el autor de la exposición que ya en 1981 llevó por título una llamada de socorro: A Coruña, arquitectura en peligro

Pescadería y Orzán

Abandono. Si entre 1965 y 1980 fue el afán urbanístico la amenaza, «sumindo un dos centros históricos máis coherentes de Europa nun ámbito ruinoso que ten nas rúas Orzán e San Andrés o cancro do abandono», ahora lo es el olvido. «A diferenza de Santiago, non é unha cidade episcopal. O seu entorno urbano non foi considerado conxunto histórico artístico ata 1984», explica Martínez. Pese a esta desprotección, quedaron supervivientes, aunque está debilitados. Pescadería y la Ciudad Vieja son dos de las áreas con más edificios deshabitados según el informe Empty Coruña?, elaborado por profesores de Arquitectura de la UDC. Buena parte de las viviendas en ruina están catalogadas como patrimoniales.  

Modernismo

Decadente. La Casa de los Cisnes y los Juncos, proyectada por Juan de Ciórraga, o la de Arambillet, ambas en la plaza de Lugo, son dos exponentes del movimiento modernista. Los trabajos de rehabilitación en sus fachadas llevados a cabo en el 2015 garantizan por el momento su conservación. Hay más ejemplos en el Ensanche coruñés. No corren la misma suerte otros emblemas, como el edificio del número 132 de la avenida de Oza, en Os Castros, en estado de ruina desde el 2012. El racionalismo y el eclecticismo son otros de los estilos arquitectónicos donde la ciudad brilló con luz propia. Xosé Lois Martínez prefiere hablar de conjuntos afectados, más que de inmuebles individuales.  

La Marina

Paradigma europeo. Eso son las galerías de madera blanca y vidrio. Se conservan las de la Marina. No sucedió lo mismo con buena parte de las que había en la plaza Pontevedra, la de Ourense o Juana de Vega. Un modelo de «arquitectura popular preocupada pola cuestión do control térmico que puido ser patrimonio da humanidade», recuerda el docente. No le tiembla la voz. «Foi posible -reitera-. O concepto de patrimonio arquitectónico foi enunciado en 1975», hasta que «os operadores inmobiliarios desbocados», lo echaron a perder. «A súa recuperación como elemento referencial da cidade é hoxe a gran tarefa», subraya. Se aferra a esta segunda oportunidad que todavía tiene A Coruña. 

Los especialistas alertan de las consecuencias irrevocables del abandono

Más de mil edificios de la Ciudad Vieja y Pescadería, unos 1.094 en total, aparecen recogidos en el último Plan Especial de Protección y Reforma Interior, el Pepri, aprobado en el 2015. En el decálogo del Patrimonio Arquitectónico hay inmuebles restaurados pero también muchos con los días contados si no se actúa sobre ellos. Una decena de edificios catalogados han acabado demolidos tras su declaración como ruinosos. Una pérdida que sería irreparable, insiste Xosé Lois Martínez. Estas son, según él, algunas de las desapariciones más traumáticas. 

Un hotel

El Atlántico. Bautizado al principio como Altantic, el edificio situado en los jardines de Méndez Núñez, «que formaba un conxunto co Kiosco Alfonso e La Terraza», fue derruido en 1969 para levantar la actual mole. «Rompeu a secuencia e a escala dun paseo emblemático en Galicia», considera Martínez.  

Un banco

Monte de piedad. «A Caixa de Aforros, na esquina de rúa Nova con San Andrés, foi unha das xoias do eclecticismo. Introducía na rúa comercial por excelencia da cidade o carácter internacionalista da burguesía de fin do século XIX e primeiro terzo do XX», detalla el docente.  

Sistema defensivo

Murallas. «Simbolizan unha das etapas máis sobresaíntes da historia da cidade. Declaradas monumento histórico e parte do conxunto histórico artístico, o seu entorno foi porén invisibilizado cando non deturpado en accións de recheos sen sentido, de adosado de novos edificios ou eliminación sistemática de restos que ían aparecendo, como o sistema defensivo barroco e o lenzo da muralla medieval», confluye.