Los coruñeses ya pagan la ampliación todavía pendiente de Alfonso Molina

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Audasa aplicó esta semana la primera subida del peaje con la que se iba a pagar la obra

07 nov 2019 . Actualizado a las 08:22 h.

El pasado miércoles, Audasa aplicó dos incrementos del 1 % a los peajes de la AP-9. Esa medida se tradujo en una subida de todos viajes por autopista que parten o llegan a la ciudad con dos únicas excepciones: los trayectos hasta Guísamo y A Barcala, que siguen al mismo precio. Todos los demás viajes se encarecieron. Ir hasta Ferrol cuesta 5,55 euros (0,05 más). Alcanzar Santiago sale por 6,5 (subió 0,10 euros). Para conducir a Pontevedra hay que pagar 12,1 euros (los 0,10 hasta Santiago y 0,15 más). Transitar hasta Vigo tiene un precio de 13,85 (como a Pontevedra, más 0,10 euros). Y tocar la «raia» con Portugal en Tui obliga a abonar 16,5 euros (igual que a Vigo, más 0,05 euros). Todo esto sin contar el regreso y el combustible.

Las dos subidas del miércoles tienen motivos distintos. Una de ellas se aplica para financiar la gratuidad en el tramo Vigo-Pontevedra desde el 2013, mientras que la otra se impuso para pagar distintas obras de mejora en los accesos a las ciudades por las que pasa la autopista. Entre esas mejoras estaban la ampliación del puente de Rande y Alfonso Molina, la mejora de la circunvalación de Santiago y la construcción del vial 18, que enlazará la AP-9 con la tercera ronda. Las obras de Rande y los enlaces de la capital gallega están listas, pero las de A Coruña no han comenzado, y salvo sorpresa deberán ser financiadas por Fomento.

El origen de esa subida se remonta al 2011, cuando el entonces ministro de Fomento, José Blanco, firmó un convenio con Audasa para mejorar las conexiones urbanas con la autopista.

Ese acuerdo, ratificado por su sucesora en el cargo, Ana Pastor, en el 2012, preveía un incremento anual de los peajes en un 1,5 % durante 20 años, a cambio de la mejora del puente de Rande y la circunvalación de Santiago.

Alfonso Molina no aparecía en el documento, lo que provocó fuertes críticas y un recurso del PP de A Coruña ante la Audiencia Nacional, por considerar que era injusto que los vecinos de la zona pagasen unas obras que beneficiarían a otras ciudades. El recurso se mantuvo tras la llegada al Gobierno de Mariano Rajoy. Fue retirado en diciembre del 2012, cuando Pastor firmó un protocolo con Audasa previo al convenio en el que se recogería que la empresa pagaría la obra de Alfonso Molina, el vial 18 y otras conexiones en Santiago y Pontevedra. En total se preveía una inversión de 400 millones.

Nunca se materializó. La obra de Alfonso Molina, largo tiempo esperada, sufrió sus primeros retrasos en el 2014. En junio de aquel año, Fomento anunció su licitación por 7,6 millones. Pero en el 2015, el nuevo gobierno local de la Marea Atlántica rechazó el proyecto de Fomento. El BNG y el PSOE, que viró en su histórica posición de apoyo a la ampliación, también la rechazaron. En noviembre del 2015 los socialistas presentaron una moción - aprobada por los otros dos grupos- instando a Fomento a rectificar el proyecto.

Desde entonces se han sucedido las polémicas entre el ministerio y el gobierno local, que llegó a proponer instalar pasos para anfibios y reptiles en la avenida, o acondicionar sus viaductos para que duerman los sin techo.

Mientras las obras aquí no arrancaban, y el convenio definitivo entre Fomento y Audasa quedaba en el aire, se ejecutaron las mejoras de Santiago y el puente de Rande. Finalmente, lo que se trató de evitar en el 2012 se ha materializado. Los coruñeses ya pagan la subida de peajes sin ninguna mejora a cambio.

Fomento aportará 19,1 millones para una reforma que se iba a hacer junto a Rande y Santiago

Los coruñeses pagarán dos veces la ampliación de Alfonso Molina. Lo harán a través de la subida de peajes de Audasa, y lo volverán a hacer mediante su contribución a los presupuestos del Estado. Si la obra llega a ser ejecutada algún día, a estas alturas sigue sin fecha de arranque, será financiada con fondos del Estado.

Fomento, que defiende que la obra es estratégica para evitar el colapso de los accesos de la ciudad y para poder ampliar el puente de A Pasaxe, anunció el año pasado que asumiría el coste. En esas fechas la firma del convenio con Audasa ya parecía imposible, tras los retrasos sufridos por el proyecto de Alfonso Molina y el estallido de un conflicto con la empresa por el coste de las obras de Santiago y Rande.

Aunque el compromiso del ministerio existe, sus fechas de ejecución siguen sin concretarse. En marzo se aprobó el expediente de información pública y el proyecto de trazado. Desde entonces se trabaja en los tres proyectos constructivos en los que se ha dividido la ampliación: la mejora de la avenida en sí, la integración ambiental de la vía -con más zonas verdes y sendas peatonales-, y la pasarela de Pedralonga, que podría ser priorizada para mejorar la seguridad vial.

En todo caso el inicio de los trabajos requiere la expropiación de los terrenos necesarios, y el Ayuntamiento no ha iniciado el procedimiento. Pese al citado procedimiento de exposición pública al que fue sometido el proyecto en marzo, el gobierno local sostiene que desconoce el plan en detalle, y rechaza iniciar los trámites hasta que se le facilite más información.