Es uno de los establecimientos-templo de la ciudad. De esos en los que los jamones colgados ven pasar a generaciones de coruñeses. Pero en el Rey del Jamón de la calle de la Franja estos días no hay la exhibición de patas de cerdo de siempre. La razón es que Pepe Barca, que lleva toda la vida al frente del negocio, se jubila. «Empezó con 12 años», recuerda su mujer, Mari de la Fuente. Durante unas semanas permanecerá cerrado, pero a finales de noviembre volverá a la vida con otra generación al frente. «Claro que le vamos a mantener el nombre. Es una institución», comenta Javier, sobrino de Pepe, que cuenta con gran experiencia en el sector ya que está al frente de las jamonerías El Pinar de la plaza de Recife y de Río de Monelos. El Rey del Jamón abdica y el objetivo del próximo monarca será mantener el reinado charcutero. Pepe pasará a ser el emérito y el príncipe Javier el nuevo rey de la Franja. Hoy será el último día de esta etapa de un negocio histórico.