Aquí, la mala hierba no se muere

P. V. / A. A. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CEDIDA

Solares y parcelas en desuso motivan quejas vecinales en puntos de la ciudad como O Birloque o A Falperra

22 nov 2018 . Actualizado a las 18:24 h.

Tras el muro, un foso de casi 20 metros de profundidad. Es la trampa que ya se ha cobrado la vida de varios animales en un solar de la escalinata de la calle Maestro José Anselmo Clave, en A Falperra. «Eso es un cementerio», lamenta Covadonga Fernández. A su lado, Ángeles Chamosa muestra fotografías realizadas desde su casa. Ambas cubren esta área para la Asociación Felinos Felices, y llevan un tiempo denunciando la existencia de esta parcela, en apariencia abandonada pero que pertenece a un particular. «No sabemos de quién es la finca y no podemos esterilizar a los gatos», concreta Fernández.

Los descampados dejados a su suerte por propietarios o inmobiliarias generaron varias quejas en la ciudad, ya que, en algunos casos, la situación no es nueva. En O Birloque, la comunidad de propietarios del edificio Navimagno se quejó en dos ocasiones al Concello durante el 2018 por un solar colindante. «Non sabemos a quen pertence, pero coido que alí se ían construír vivendas», cuenta la presidenta de la agrupación, María Concepción Sánchez. Marga Zas, cuya hija vive en un inmueble que da al callejón de los Cristales, junto a Rey Abdullah, lleva desde el 2014 avisando al Ayuntamiento por un terraplén de competencia municipal donde crece la maleza. Presentó escritos en Urbanismo y Medio Ambiente, donde admiten «lixeiros retrasos porque varias das empresas tiñan que subsanar documentación das súas ofertas» en el proceso de licitación. Marga indica que allí nada ha cambiado.

Junto al punto de conflicto, otro terreno donde iba a emerger un bloque de pisos acoge ahora coches aparcados y restos de basura esparcidos por la vegetación. «Se suele decir que no todo el monte es orégano», expresaba Zas, que, en un juego de palabras, resolvía que «esto parece una selva».