«Quiero tener una boda gitana, pero nunca me haría la prueba del pañuelo»

Loreto Silvoso
LORETO SILVOSO A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MIGUEZ

Alejandra Barrul se graduó en junio en Derecho y de momento no se le pasa por la cabeza casarse o tener hijos

28 oct 2018 . Actualizado a las 18:18 h.

Seis de cada diez niños gitanos abandonan la escuela antes de terminar la ESO. Frente a esta realidad, Alejandra Barrul (A Coruña, 1995) consiguió el apoyo de su familia para estudiar Derecho. En junio hizo realidad su sueño y ahora, en el salón de la casa de sus padres, comparten pared el birrete negro de Alejandra y su primera entrevista en La Voz, plastificada y enmarcada.

-En esa ocasión, le decía usted a mi compañero Xosé Gago que iba para jueza. ¿Cambió de opinión?

-Es que no me veía del todo decidida a opositar. Ahora estoy haciendo el máster de Abogacía en A Coruña. De hecho, estoy buscando un despacho en el que pueda hacer unas prácticas. Y, a poder ser, remuneradas.

-¿En qué le gustaría especializarse? ¿Familia, penal, fiscal...?

-Mercantil y penal. Al Derecho de Empresa le veo mucha salida.

-¿Ser gitana le supondrá una barrera para conseguir trabajo?

-Que yo sea gitana no creo que vaya a ser un obstáculo a la hora de encontrar trabajo. Tampoco un beneficio, pero no un obstáculo. No sé. Aún no he empezado a enviar currículos.

-¿Durante la carrera lo fue?

-Es gracioso. Hasta que lo conté, nadie sabía que yo era gitana.

-¿Y después de eso?

-No, en la Universidad nunca me trataron diferente. Tuve más problemas en Primaria y ESO.

-¿Qué tipo de problemas?

-Algunos roces a los 13, 14 años. Era el insulto fácil, pero yo trataba de no darle más importancia.

-¿Quién debe poner más de su parte para derribar estos muros?

-Creo que tanto gitanos como payos tenemos que abrirnos e intentar entendernos más.

-¿Ha sufrido o sufre la clásica presión familiar para casarse?

-Bueno, mis primas y tías sí me preguntan mucho que cuándo me caso. Pero no me lo planteo.

-¿No le han buscado ya a uno?

-El tema sale, pero mi padre sabe que yo no valdría para estar en casa, cuidando de mis hijos. Es una opción muy respetable, pero ahora me gustaría seguir estudiando y luego intentar conseguir un trabajo. Cuando tenga mi vida asentada, me dedicaré a formar una familia.

-¿A qué edad se han casado las mujeres de su familia?

-A los 14 o 15 años, ya están pedidas, a lo mejor. Y, a los 18, casadas. Salvo alguna prima, en mi familia no hay ninguna mujer que esté soltera.

-Si alguna vez le da por casarse, ¿le gustaría tener una boda gitana al uso?

-Me encantaría. El día que me case, quiero que mi boda sea así.

-¿Se haría la prueba del pañuelo?

-No, eso nunca lo haría. Y creo que mi padre nunca me haría pasar por eso. Es más, llevo con mi pareja, que es un payo, cinco años y nunca tuve ningún problema.

«A casi todas mis primas les pasa que entran en el súper y se ponen ya a vigilarlas»

La educación es clave para que la población gitana salga de su ámbito de exclusión. A sus 23 años, Alejandra Barrul es consciente de que su ejemplo puede abrirle el camino a muchas chicas gitanas. La primera graduada en Derecho es ya un referente para ellas.

-Es la única de su familia que ha estudiado. ¿Sus primos y hermanos quieren ser como usted?

-La verdad es que me preguntan mucho por todo esto.

-¿Y cómo lo logró? Porque su madre es paya y no le puso reparos para que fuese al colegio, pero ¿qué postura adoptó su padre?

-Con mi padre he tenido mucha suerte. Él siempre me dijo: «El día de mañana no quiero que dependas de nadie. Quiero que tengas tu vida».

-Así que siempre la apoyó.

-Le gusta que esté cerquita, pero dice «¡Para adelante, Alejandra!».

-Lo tiene claro.

-Es una persona que aboga porque las mujeres se empoderen. Cree que hay capacidad, pero que nos faltan oportunidades.

-¿Usted entra en un supermercado y se siente «vigilada»?

-Me ha pasado. Por ejemplo, entro con mi hermana y los empleados del súper nos siguen para vigilarnos. Y a casi todas mis primas les pasa. Me parece vergonzoso en pleno siglo XXI.

-¿Cómo suele reaccionar?

-Sé que les sale automático porque, en general, nos asocian con lo peor. Si de cada diez gitanos, solo uno roba, a los otros nueve nos van a meter en el saco.

-¿Es consciente de que su logro contribuye a abrir el camino?

-Sí, soy consciente y es emocionante. Pero veo a muchas chicas que va a ser difícil que lo consigan. Las que sé que empezaron, se acabaron marchando. Se abre paso una de cien. Esto va lento.