La burocracia educativa impide que Miguel pueda oír las clases

Tamara Rivas Núñez
tamara rivas A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

GONZALO BARRAL

El niño, con un déficit auditivo que deriva en un retraso madurativo, sigue a la espera de un sistema de audio que le facilite el aprendizaje

26 oct 2018 . Actualizado a las 12:28 h.

Miguel tiene seis años y una hipoacusia neurosensorial bilateral que le deja un residuo auditivo de tan solo el 30 %. La energía y las ganas de descubrir el mundo propias de su edad se han visto frenadas por la burocracia administrativa que todavía no le ha aprobado la concesión de un sistema de emisión de audio FM con el que poder seguir sus clases de primero de Primaria con la misma normalidad y ganas que el resto de sus compañeros del colegio Calasanz de A Coruña.

El aparato que precisa cuesta alrededor de 2.200 euros, por lo que el colegio necesita que la Consellería apruebe una partida presupuestaria para material ininventariado por ese valor y que, de ese modo, Miguel deje de ser «una maceta en clase, porque si el profesor no está justo a su lado, es inviable que siga sus explicaciones», narra con resignación su madre, Anahí Moreno. El funcionamiento del dispositivo es simple y su utilidad innegable. «El profesor tiene un emisor de voz que transmite directamente al audífono del niño. De este modo nos evitamos ruidos ambientales, que el niño esté pensando en las musarañas porque no escucha, que pueda seguir oyendo a su profesor aunque esté explicando de cara al encerado...», enumera su progenitora.

Aparato prestado

Para que le concedan un sistema de emisión de audio FM que se adapte a sus necesidades y también a su audífono, Miguel tuvo que pasar el año pasado por una evaluación del Equipo de Orientación Específica de la provincia. Pero ni su familia ni el colegio han obtenido respuesta. Su madre achaca la falta de resolución a la baja de una trabajadora. «La inspectora me dice que solo cuentan con una persona para tramitar el caso y que está de baja por lo que seguramente ha caído en saco roto», explica. Desde la Consellería de Educación aseguran que independientemente de que algún miembro del equipo se encuentre de baja, los asuntos que son de su competencia se siguen atendiendo. En el caso concreto del pequeño coruñés, confirman que tienen constancia del asunto y que «se está traballando para que o tema quede resolto canto antes esta mesma semana».

Por el momento, Miguel asiste a clase con un equipo algo rudimentario que le ha prestado la Federación de Asociación de Persoas Xordas de Galicia (Faxpg), y aunque su madre agradece enormemente los medios que le facilitan y el apoyo que reciben por parte de la entidad, sabe que esto no es la solución. «Es un sistema algo prehistórico. El niño tiene que llevar un collar, pero cuando se mueve se pierde la emisión y el sonido. Además, ya nos ha avisado de que puede haber más niños que lo necesiten», comenta Anahí. Aparte de proporcionarles el aparato, la federación les ofrece de manera gratuita un logopeda y clases de lectoescritura que sirven al pequeño de estímulo para avanzar al mismo ritmo que sus compañeros de clase. Su progenitora recrimina a Educación que ni siquiera les ofrezca este apoyo.

Anahí Moreno solo quiere «una educación normal y corriente para su hijo». La sordera de Miguel le ha derivado en un retraso madurativo que también se ve reflejado a la hora de hablar. «Sus padres, su entorno y su grupo de amigos íntimos lo entendemos. Se va comunicando con nosotros como puede, también con lengua de signos», aclara su progenitora. Este problema de desarrollo a la hora de expresarse se ve agudizado por la ausencia de un prometido sistema de emisión de audio que le permitiría volver a oír todo lo que sucede en su clase y también a su alrededor y que, además, le abriría la puerta a un mundo de conocimiento al que por el momento no ha podido acceder con sus necesidades cubiertas.