El acusado de matar a su primo a cuchilladas reconoce los hechos

Andrea Presedo
a. presedo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

24 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Reconozco los hechos que se relatan». Fue lo único que quiso declarar Abelardo Caamaño, acusado de matar a cuchilladas a su primo, Eduardo Manuel Abad, la noche del 10 de noviembre del 2017 en la calle Antonio Pedreira Ríos, en Mariñeiros.

La Audiencia Provincial de A Coruña acogió ayer el primer día de juicio contra Caamaño. La acusación particular solicitaba una pena de 20 años de cárcel por asesinato. Una condena que se redujo a 12 años a pocos minutos de comenzar el juicio. «Pedíamos un agravante para el acusado por alevosía, pero vamos a retirarlo para mantener la paz familiar», explicó la acusación. De esta manera, únicamente se enfrenta a un delito de homicidio, que es lo que solicitó el Ministerio Fiscal desde el primer momento. «Solo queremos que a mayores se conceda una orden de alejamiento a la mujer del fallecido una vez salga de prisión», añadió.

La defensa, conforme con la nueva acusación, renunció a continuación al argumento de que el acusado hubiese actuado en legítima defensa cuando atacó a su primo el pasado noviembre y a que, a pesar de estar bajo los efectos de las drogas, no hubiese sido consciente en todo momento de lo que hacía.

«Voute matar»

La mujer del fallecido fue una de las testigos clave en el juicio. Explicó que Eduardo Manuel se dedicaba a la venta ambulante de pescados. Un negocio en el que llegó a trabajar conjuntamente con su primo, el acusado. En septiembre ya no estaban juntos y fue cuando empezaron las amenazas. «Él le decía ‘voute matar’, pero nunca pensamos que fuera a hacerlo de verdad», relató la viuda. Reconoció, no obstante, que ella tiene miedo al acusado: «Esta persona no está bien, es un peligro público».

Caamaño tiene un historial de denuncias por agresiones. Según explicó la mujer del fallecido, «destruyó todas sus amistades por sus paranoias. A un amigo suyo llegó a agredirlo en la cabeza y terminó el asunto en juicio. También tuvo que irse de casa porque sus padres lo consideraban violento».