La duna de contención de la playa de Riazor quedará instalada antes de este sábado

Pablo Varela Varela
pablo varela A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Comienzan los trabajos para formar la duna de prevención de Riazor
Comienzan los trabajos para formar la duna de prevención de Riazor VERÓNICA VÁZQUEZ

La idea es levantar la muralla a 1,50 metros por encima del nivel del paseo para evitar destrozos en caso de mareas vivas o temporales

23 oct 2018 . Actualizado a las 11:17 h.

El arenal de Riazor tendrá duna de prevención frente a los temporales antes de este fin de semana. Esa es la previsión inicial del gobierno local, que ayer dio luz verde al inicio de los trabajos en la playa coruñesa. Se prolongarán durante cuatro o cinco días y en jornadas que finalizarán a las 19.00 horas. En torno al mediodía de ayer, una de las dos máquinas bulldozer que participan en las obras de contención ya estaba en funcionamiento dentro de un perímetro acordonado desde las segundas a las cuartas escaleras de acceso.

Al mando de la topadora, Constantino Romero bromeaba inicialmente con la coincidencia de su nombre y el del famoso expresentador televisivo. «La idea es levantar la muralla a 1,50 metros por encima del nivel del paseo», explicaba. No es nada nuevo: la fórmula lleva aplicándose varios años en previsión de mareas vivas o temporales que, no en pocos inviernos, causaron severos destrozos en esta área del litoral herculino.

Por el momento, el dique aún está cogiendo forma, pero hay quienes ya han visto la oportunidad de sacarle partido. Por ejemplo, los últimos veraneantes de la temporada. Romero mostraba su resignación al ser inquirido sobre la gente que, aún con la restricción de paso bien indicada, se situaba tras la duna para tomar el sol con toda comodidad, una estampa ya clásica de los últimos otoños coruñeses.

Y es que, pese a la posibilidad de ver interrumpido su descanso por una repentina palada de arena, algún intrépido dormitaba ayer en el interior de la zona de trabajo. Con toalla, auriculares y mucha calma. Romero concretaba, a media sonrisa, que «no es la primera vez que pasa ni será la última».