Calor de moda para Casco

R. d. Seoane A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

veronica vazquez vazquez

El Comité Anti-Sida recibe una donación de ropa de la firma textil Jack & Jones para abrigar el invierno a las muchas personas que recurren a su local de Padre Sarmiento

19 oct 2018 . Actualizado a las 10:49 h.

«Es la primera vez que nos pasa esto, y estamos muy contentos, superagradecidos», dice con sonrisa de oreja a oreja María Maceiras. Trabaja en el local de Casco (Comité Anti-Sida de A Coruña) y sabe como pocos cuánto puede llegar a abrigar un regalo. Aunque oenegés como el Banco de Alimentos les suelen aportar productos y no son pocos los particulares que responden a sus peticiones de ayuda, ahora acaban de recibir una donación inesperada, y además con firma. Jack & Jones, la marca de moda danesa, les ha regalado cajas y cajas de ropa y calzado para chico. «Es estupendo, porque ahora viene el invierno y tenemos jóvenes que necesitan ropa y claro, si es moderna, mucho mejor», explica.

La iniciativa, como casi todo, surgió de un empeño personal. Fue a Juan Carlos Urra, encargado de la tienda de la marca en la plaza de Lugo, al que se le ocurrió que la mercancía que descartan con cada inventario podía tapar algún que otro agujero de la vulnerabilidad. Camisetas, pantalones, chaquetas... con pequeñas taras, simplemente con el pequeño orificio de la alarma o una mancha de maquillaje que se va con un lavado.

«Se lo propuse a mi jefe y le pareció fantástico. Pregunté en el Ayuntamiento a qué entidad podía venirle bien, buscábamos alguna que no tuviese ninguna implicación ni religiosa ni política. Me hablaron de Casco y aluciné con el servicio diario que ofrece. Me pareció bestial. ¡No te imaginas que tanta gente esté necesitada!», enfatiza el joven encargado de la tienda. Así que, dicho y hecho. Habló con sus compañeros de la tienda de Marineda, y también con los establecimientos de la cadena en el País Vasco, y entre todos reunieron casi medio centenar de grandes cajas llenas que, en esta ocasión, en vez de volver a Dinamarca para reciclarlas y regresar de nuevo al circuito de venta textil, terminarán en el ropero de la calle Padre Sarmiento para vestir a los despojados de fortuna. «A nuestro local viene gente muy distinta, desde chicos jóvenes a mayores que con la crisis lo están pasando mal» explica María.

Desde Jack & Jones ya están pensando en continuar la cadena. «Hacemos cuatro inventarios al año, así que...», dice Juan Carlos. Y en Casco confían en que, en cierta forma, el gesto de esta firma se vaya contagiando.

«Atendemos a todo el que lo necesita sin hacer preguntas»

María Maceiras insiste mucho en que, aunque Casco nació en los noventa para prestar apoyo a personas con VIH, sobre todo en los momentos más duros de una patología que se tropezaba con grandes dosis de prejuicios y rechazo social, hoy el local de Padre Sarmiento funciona como un punto de referencia para gente unida por la circunstancia vital de estar pasando por situaciones de esas que acaban colocando a una persona al borde de la exclusión social.

«Atendemos a todo el mundo que lo necesita, que esté en situación de vulnerabilidad, tenga o no VIH, y no hacemos preguntas», explica María Maceiras. Y es que una de las metas de Casco es, precisamente, borrar el estigma que todavía marca al sida. «Cuando viene alguien nuevo yo nunca le pregunto si tiene o no VIH, a menos que quiera contarlo o necesite algún tipo de apoyo específico; hay que acabar con esos estereotipos», recalca. «Ha cambiado mucho el perfil de usuario, antes veíamos más problemática de adicciones, pero ahora nos llegan también personas mayores que con la crisis necesitan ayuda», señala. De 10.00 a 16.00 horas, cada día atienden a quien acude a por un café caliente, busca un plato de comida o «necesita pegarse una ducha y de paso ropa para cambiarse: gente de la calle, o que viene de Padre Rubinos o vive en una habitación de baja renta», ejemplifica. Además, llevan a cabo talleres, asesoran y mantienen abierto su sex point. Allí se concentra la información para la prevención y la detección de las infecciones de transmisión sexual. Pruebas rápidas de VIH, reparto de preservativos o material inyectable son solo algunas de las tareas del equipo para dignificar el día a día incluso en las peores situaciones .