«Poner un ejemplo de éxito como imagen global sería una mentira»

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Los voluntarios de Ecos do Sur imparten clases de castellano básico e intermedio para inmigrantes

20 oct 2018 . Actualizado a las 18:05 h.

La asociación benéfica Renacer les cede el espacio. Dos aulas en el barrio de la Sagrada Familia. Son las doce del mediodía y las clases de castellano básico e intermedio están llenas. La primera es la más amplia, hay más de 20 personas. Para los voluntarios de Ecos do Sur que imparten la materia no es fácil. Cada uno de sus alumnos atraviesa una historia de supervivencia compleja. Cada uno proviene de un país con unas costumbres y lenguas dispares.

El profesor formula una frase y los anima a repetirla. «Aquí hay gente de Pakistán, de Senegal, de Marruecos, de Ucrania o de Brasil. La dificultad no es igual para todos», explica Javier Villaverde. Se encarga del apartado de acogida en Ecos do Sur, una de las oenegés asentadas en el barrio. El curso también acaba de arrancar para ellos. Abren las puertas de lunes a viernes, de 11.00 a 12.30 horas. «La mayoría suelen ser hombres. Son otras culturas. Solo se les exige una inscripción. Mantener una regularidad es lo más complicado. El simple hecho de venir implica un esfuerzo», reconoce Javier. 

La barrera idiomática

Es el escollo primordial a solventar. «É unha ferramenta que deberían facilitar as administracións», censura Mónica Amaro, de SOS Racismo, colectivo con dirección en el vecino barrio de Agra del Orzán. «Para que un estranxeiro acceda ao permiso de traballo ou residencia, así como a un posto de traballo para regularizarse, é necesario o coñecemento da lingua. Para poder asistir aos cursos para estranxeiros das Escolas de Idiomas, en Galicia é obrigatorio estar en posesión de dito permiso. É incongruente e non pasa en tódalas comunidades», cuestiona Mónica, técnica de intervención social. Advierte de que no le gusta el término integración. «Adoita ser vista como un esforzo, soamente por parte do que vén de fóra. Preferimos loitar pola inclusión, que non pasa por obrigar á poboación migrante a que esqueza e mude a súa identidade», justifica Mónica.

Avisa que dentro de la población migrante «tamén se establecen clases sociais. Sempre van 'molestar' menos as persoas que asumen as nosas costumes, mesmos as que teñen uns trazos fenotípicos máis parecidos». En las clases de Ecos do Sur «hay gente que empezó y ahora tiene un manejo amplio del idioma y un trabajo. Pero, eso es solo una realidad entre muchas. Poner un ejemplo de éxito como una imagen global sería una mentira. Esto es una lucha de día a día y es su victoria. No somos ni héroes ni villanos, solo acompañamos en un proceso. Si ellos no luchan por él, poco podemos hacer», admite Javier Villaverde.