El Ofimático, 600 farolas para cero vecinos

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

El último plazo del Ayuntamiento para que los residentes entrasen a vivir acabó en septiembre. No hay nueva fecha a la espera del fin de los trabajos para conectar los edificios a la red eléctrica

14 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tampoco fue en septiembre. Ese fue el último plazo que dio el gobierno local para que los cooperativistas del Ofimático accediesen a las viviendas que han construido en ese polígono. Paradójicamente, la electricidad que no llega a sus hogares y que les impide que se les concedan las licencias de primera ocupación, alumbra ya un polígono en el que no vive nadie. La urbanización del Ofimático incluyó la colocación de 600 farolas, que esta misma semana bañaron de luz sus calles desiertas y las parcelas vacías. Los agujeros negros en medio de tal despliegue lumínico fueron los edificios levantados por los cooperativistas, todavía carentes de suministro.

Cuando lo tengan, y al fin lleguen los vecinos, al polígono aún le quedarán muchos meses de desarrollo, ya que el gobierno local tampoco ha cumplido aún el compromiso que adquirió con los promotores para impulsar el resto de la urbanización. Esas tareas están pendientes desde el 2016, cuando los tribunales anularon la adjudicación de las obras aprobada en los últimos días del gobierno bipartito, en el 2011.

Pero esos no son los únicos plazos que han caído. Antes de septiembre, el Ayuntamiento había marcado el límite para dar las licencias de primera ocupación en agosto, también en julio, y en enero de este año. Aún más atrás, la fecha se había puesto en las Navidades del 2017, y antes en octubre, incluso en verano del año pasado. De hecho, el plazo original que se marcó el Ayuntamiento para otorgar las licencias de primera ocupación, según el acuerdo que firmó con la Xunta y los promotores, era la primavera del 2017. El gobierno local se saltó ese límite por una distancia olímpica, baste decir que las obras se adjudicaron en mayo, en medio de la primavera en la que debían estar acabadas. Así, plazo tras plazo hasta hoy, cuando 200 familias esperan para entrar en sus viviendas. 

Una larga y paciente espera

La paciencia de los afectados nuca se ha colmado, a pesar de las advertencias. El 15 de agosto del 2017, Luciano Ron, de la cooperativa A Carnocha, la primera en terminar las obras de su edificio en junio del año pasado, lanzó un aviso al gobierno local: «Ou temos a licenza e, por tanto, acceso ás nosas casas na primeira semana de outubro, ou as ocupamos igual e, por riba, acampamos en María Pita». Doce meses después no hay licencias por ninguna parte, pero tampoco movilizaciones y mucho menos okupaciones o acampadas en María Pita.

Pese a su número, los cooperativistas han evitado el enfrentamiento con el gobierno local, con la excepción de un pequeño grupo que a través de las redes sociales interpela casi a diario al alcalde y sus ediles. Por lo general nunca reciben respuesta de los cargos públicos o de la cuenta del Ayuntamiento. Sí les replican perfiles próximos afines a la Marea Atlántica que les recuerdan incumplimientos de mandatos anteriores, o les acusan de proximidad al PP o al PSOE.

El final de la espera de los cooperativistas debería estar próximo. En agosto, el Ayuntamiento dio por terminados los trabajos mínimos para dotar sus viviendas de servicios. Son, efectivamente, las obras que debían haber estado listas en primavera del 2017. No solo se licitaron después, en mayo de aquel año, es que además lo trabajos que iban a durar seis meses duplicaron ese plazo. Pero a pesar del fin de la obra, las licencias no han llegado aún.

El último obstáculo es la conexión de los edificios a la red eléctrica. José Ramón Mosquera de la cooperativa Cofuncovi, explica que el arreglo de una serie de pequeñas deficiencias detectadas por la gestora de la red, Fenosa, se ha alargado durante semanas. Pero esperan que estos días quede todo listo y el Ayuntamiento pueda conceder las licencias.