«Que hagan lo que quieran, pero que hagan algo»

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Verónica Vázquez Vázquez

Los vecinos acogen con escepticismo el anuncio de una obra que suma más de tres años de retrasos

06 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La plaza José Toubes, en Cuatro Caminos, era conocida hace años por el arenero del parque en el que los niños se rebozaban. Aquello pasó a mejor vida con las normas más higiénicas sobre áreas infantiles. También era conocida por la tortilla del Remanso, pero también el local pasó a mejor vida. Fue una de las concesiones municipales revisadas durante el anterior mandato y en la que el Ayuntamiento descubrió que el hostelero llevaba toda la vida sin pagar el canon.

La tortilla se trasladó a un local cercano, privado, y el edificio municipal quedó vacío y a la espera de una renovación y cambio de usos cuyas obras coincidieron con un cambio de gobierno en María Pita. El nuevo las paró y propuso otras. Ayer se aprobó un gasto de algo más de 420.000 euros para hacer esa obra, pero todavía no hay fecha. Sí se sabe que será un local para «colectivos informais» y jóvenes, fundamentalmente. El bar desaparece.

Deterioro evidente

Ayer el Remanso ofrecía el aspecto de una ruina. Cristales rotos, suciedad y restos de precintos policiales forman parte de una escena que completa la falta de parte de la cubierta de cristal, retirada por los bomberos cuando empezó a caerse. «Tamén dixeron que o ían facer o ano pasado», responde Fernando, un vecino de la zona, cuando se le cuenta el anuncio del gobierno local. «Por Dios, iso xa tiña que estar feito. Din que o fan agora, será que hai eleccións o ano que vén».

La plaza es un lugar de paso muy frecuentado. Los jardines no están en mal estado y solo la ruina del Remanso afea el conjunto. Lleva más de tres años así. «Que lo arreglen cuanto antes, que así no pinta nada. Antes aún te tomabas una cañita, pero ahora ni eso», cuenta otra vecina de Cuatro Caminos, Loli. Dice también que la asociación de vecinos necesita espacio desde hace tiempo y que ese lugar, si se hace, les vendrá de maravilla.

La asociación, que se llama A Barcarola, necesita, efectivamente, un espacio. Lo cuenta su presidente, Juan Iglesias, que comparte el sentir de quienes ayer pasaban frente al viejo bar. «Lo único que pedimos es que hagan algo, lo que quieran, pero que hagan algo», dice, sin importarle demasiado si las salas se destinarán a jóvenes o a mayores. Entiende que serán de usos múltiples para quien las necesite, pero es un suponer porque no tiene más información. «Nos presentaron el proyecto, pero falta que nos expliquen el contenido, qué van a hacer, quién lo abrirá y lo cerrará, entiendo que todo el mundo podrá disponer de ese espacio, pero se explican muy poco», dice Iglesias sobre el gobierno local. «Son poco comunicativos, y estaría bien que te dejaran opinar, al fin y al cabo, los vecinos vivimos aquí y conocemos esto», dice.

Santa Lucía, con retraso

Con mucho retraso va también el arreglo del centro cívico de Santa Lucía, donde solían reunirse. Al fin está en obras, cuenta, pero duda que la actuación acabe con los problemas de humedades. Ese espacio es pequeño y les vendría muy bien el de la plaza José Toubes para sus reuniones y actividades. Celebra Iglesias el anuncio de la obra, pero advierte también que una cosa es anunciar y otra construir: «Hasta que no lo vea no lo creeré», dice.

Álida, una mujer que también vive por la zona y ayer atravesaba el parque, comparte el sentir: «Que hagan algo, pero que no esté así, hecho un desastre. Para lo que sea, para jóvenes o para mayores, pero algo. Me parece muy bien que lo arreglen», dice. Mientras, el antiguo bar seguirá siendo lienzo de pintadas y muestrario de cristales roto. Hasta que al fin se arregle.