Otros tres institutos prohíben el uso del móvil en todo el recinto escolar

Andrea Presedo
andrea presedo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MIGUEZ

Adormideras, Zalaeta y Rafael Dieste se suman a la guerra contra estos dispositivos

21 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La polémica sembrada por Francia y Grecia en lo referente a la utilización de teléfonos móviles en los centros educativos ha calado en A Coruña. La mayoría de los centros educativos coruñeses se manifiestan en contra del uso de estos aparatos en el recinto escolar, incluso en el patio. Precisamente este curso tres institutos de la ciudad decidieron sumarse a la red de centros en los que no están permitidos estos dispositivos. «Se nos estaba yendo de las manos. En los recreos los niños se ponían a jugar con móviles y casi no salían al patio», explica Antonio Frade, vicedirector del instituto Menéndez Pidal de Zalaeta. En este centro la medida se implantó el pasado lunes, coincidiendo con el primer día de clase de los alumnos. «El móvil, si es que lo traen al centro, ha de estar apagado y en la mochila», añade. Esta medida afecta a todas las modalidades de enseñanza del centro, incluyendo la formación profesional.

Espacio libre de móviles

«Los móviles nos causaban muchos problemas, sobre todo con las grabaciones. Llegamos a tener que abrir expedientes disciplinarios por culpa de su uso», dice Carmen Tembrás. Ella es la directora del instituto de Adormideras, otro de los centros que implantó la prohibición. «Somos un espacio libre de móviles. No se puede usar en ninguna parte del recinto escolar», explica. No hay duda de que en este IES los dispositivos con datos no son bienvenidos, ya que la directiva se ha encargado de tener una serie de carteles a punto para el comienzo de las clases en los que se recalca que es un «espazo libre de móbiles».

«Los chavales estaban tan enganchados que dejaban de relacionarse con sus compañeros». Lo dice Mateo Torres, el director del instituto Rafael Dieste, que también estrena la prohibición este curso. En su caso, basta con que el dispositivo esté apagado, pero hay otros centros que son más restrictivos. «Si les vemos con el móvil en la mano, aunque no esté encendido, los sancionamos. Equiparamos el teléfono a tener una cajetilla de tabaco», dice Óscar Iglesias, el director del instituto Miraflores en Oleiros. Allí llevan un año con esta medida y la cumplen rigurosamente. De hecho, el balance que hacen es bueno. «Creemos que los niños ganaron en comunicación y el ambiente en las clases es indudablemente mejor», añade.

Sin móvil desde primera hora

En las Calasancias también está prohibido el móvil, pero tienen una medida particular. Allí recogen los teléfonos antes de que empiecen las clases y los devuelven una vez terminadas. «Lo implantamos el año pasado. Tenemos unos cajones para que los guarden», comenta Fernando Toja, el director de este centro.

La mayoría coincide en que los móviles no son necesarios en horario lectivo. «No les hacen falta, aquí tienen a su disposición los teléfonos del centro si tienen que llamar a sus familiares», concreta Carmen Rodríguez-Trelles, directora del Eduardo Blanco Amor.

Se podrá utilizar cuando un profesor lo requiera para fines didácticos

A pesar de estar prohibida la utilización de los teléfonos móviles en las aulas, existe una excepción: el fin didáctico bajo la responsabilidad del profesor. De esta manera, los alumnos sí podrían llevar el teléfono a clase para utilizarlo exclusivamente en la clase requerida por el maestro. «Avisaremos a los padres puntualmente de que el móvil se va a usar en un aula concreta», dice Antonio Frade, vicedirector del instituto de Zalaeta. Por su parte, en el Calasanz optan por darle un mayor protagonismo a estos dispositivos dentro de las lecciones diarias, siempre con un uso controlado por el profesor. «Aprovechamos los móviles para ludificar el aula. Hacemos actividades con las redes sociales y los educamos para que los usen correctamente», apunta la jefa de estudios del centro, Soraya Porto.