«Il pirata» desembarca en Palacio

C. MANEIRO

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

Últimos ensayos de esta obra maestra del belcanto, para cuyo estreno ya casi no quedan entradas

05 sep 2018 . Actualizado a las 18:42 h.

A punto ya de agotarse las localidades para el estreno del sábado, el Palacio de la Ópera afronta estos días la recta final de los ensayos de Il pirata, que este año inaugura la Programación Lírica coruñesa para conmemorar el 250.º aniversario de la fundación del primer teatro en la ciudad.

 Ayer le tocaba el turno al segundo acto, donde el triángulo amoroso que une a los protagonistas de esta pionera de la ópera romántica creada por Bellini se resuelve, finalmente, con tintes trágicos. Eso sí, envuelto por algunas de las más hermosas melodías que impactaron a compositores de la época, como Wagner.

En la sala de maquillaje, Imogene, objeto del amor de los dos protagonistas masculinos, Ernesto y Gualtiero, recibe los últimos retoques antes de salir a escena para interpretar a una sufridora de libro en un mundo dominado por los designios masculinos.

La heroína trágica que cautivó a Maria Callas será aquí Saioa Hernández. Repasa mentalmente uno de los papeles que le han llevado a convertirse en la primera soprano española que inaugurará la temporada de La Scala milanesa, en diciembre. La artista madrileña se acicala el cabello mientras recibe indicaciones del director de escena, el coruñés Xosé Manuel Rabón, que este año ya triunfó en Madrid con otra historia de piratas, en aquella ocasión debida a Zorrilla, el autor de Don Juan.

 Hernández, principal protagonista de esta obra maestra del belcanto que se interpretará también en Madrid, Milán y San Francisco, inaugura la temporada coruñesa por segunda vez. El año pasado ya cantó Un ballo in maschera, cuyos fragmentos pueden rastrearse en YouTube. «Ella nos ha contado que el director de la Scala, Riccardo Chailly, la eligió para inaugurar la temporada después de verla por primera vez en fragmentos en la Red, así que quién sabe si fueron los de la ópera que el año pasado cantó en A Coruña. Ahora todos los teatros están conectados», comenta Nuria García Montiel, coordinadora de producción.

  

Allemandi, de aquí al Bolshoi

Mientras los dos hombres que se disputan el amor de la mujer rubia, su marido Ernesto (Juan Jesús Rodríguez) y su antiguo amante Gualtiero (Yosef Khan), observan el brillo de las espadas con las que se medirán en duelo, los músicos de la Sinfónica de Galicia (OSG) afinan ya en el foso. «Una producción de este tipo mueve a más doscientas personas entre orquesta, coro, ballet, cantantes, personal técnico…», señala García. En el escenario, unas columnas con antorchas sitúan en el palacio siciliano de los Caldara, donde dos grandes retratos del matrimonio se asoman a la acción.

En unos segundos, arrancará la música bajo la guía de Antonello Allemandi, sobrino de un hombre muy querido en la ciudad, Alberto Zedda. Precisamente, este maestro ya había dirigido a la OSG en una ocasión, en el Festival de Pésaro. «De eso hace ya 13 años, pero los más mayores aún se acuerdan. El clarinete, Ferrer, recuerda que me veía siempre llegando a los ensayos en una bici eléctrica, que entonces debía ser una novedad», comenta Allemandi, que desde aquí viajará a Moscú para dirigir Otello en el mítico Bolshoi.

 El regidor de escena, Luis López Tejedor, marca entonces la señal de prevenidos. Todo está listo para comenzar, pero los aficionados tendrán que esperar al sábado para conocer el desenlace, una de las escenas finales más hermosas e intensas de la historia de la ópera, el éxtasis de Imogene, con el que Maria Callas enloquecía a sus seguidores en sus conciertos. Brillan las luces y la voz de Saoia Hernández.