Tras el subidón de vivir unos días en los que coincidió con algunos de los mejores surfistas del mundo, Pablo ha vuelto a la realidad. Uno podría pensar que después de alcanzar el Santo Grial jugar en casa podría ser un bajón, sin embargo para este buscador de olas la vuelta ha sido buena. «Hoy [por ayer] he ido a Baldaio. No tiene nada que ver, pero Galicia es una maravilla». Aún así, Pablo lo tiene claro: «Intentaré volver en la próxima borrasca».