La ampliación de las aceras en San Andrés colapsa el tráfico en la zona

Emiliano Mouzo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Marcos Míguez

Vecinos y comerciantes aseguran que los distintos planes municipales «empeoraron la zona»

26 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Estrecha de San Andrés, en la que desemboca su hermana mayor, «es el centro de nuestra Coruña», dice Emilio, titular de uno de los históricos negocios que está logrando sobrevivir en la zona.

Estas calles fueron las principales vías de comunicación del extrarradio urbano con la Ciudad Vieja. En ellas se asentaron importantes empresas, como la sede central de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de A Coruña, o la primera tienda de comestibles abierta en la ciudad por la familia San Martín: Casa Claudio.

Ahora el comercio tradicional trata de hacer frente a la feroz competencia de las grandes superficies al tiempo que reclama el puesto de primera calle comercial coruñesa. Sin embargo, «los cambios y más cambios que los distintos gobiernos municipales han realizado en ella hacen temer cualquier tipo de inversión o apuesta por esta zona», indicó Maribel Souto, una vecina y extrabajadora de un comercio textil.

En la actualidad las quejas se dirigen sobre todo a la estrechez de ambas vías «debido a la apuesta por anchear las aceras y recortar la calzada», señalaron varios comerciantes. Esta nueva ordenación de los viales «causa cada día importantes atascos, tanto de vehículos particulares como comerciales que se dirigen hacia la plaza de España y Monte Alto, como hacia el mercado de San Agustín.

La dificultad circulatoria se ve incrementada «por la falta de respeto de muchos conductores a las áreas de carga y descarga», dice Raúl Méndez, chófer de un camión de reparto de paquetería. «Muchas veces tenemos que parar en medio de la calzada aprovechando que el semáforo se pone en rojo para poder repartir nuestra mercancía», se queja.

«En el olvido»

Tanto vecinos como comerciantes critican a los distintos gobiernos municipales. Dicen de ellos que «jamás apostaron por estas calles y su entorno».

«No hay nada más que darse un paseo para ver cómo están los bajos que algún día acogieron importantes negocios, todos llenos de basura. Si los propietarios no los limpian, que lo haga el Ayuntamiento y les que pase factura. Es que dan asco y alejan a posibles inversores», dicen algunos de los que ahora apuestan por la zona. También critican que algunos solares estén completamente abandonados, llenos de hierbajos «y con un grave peligro de desplome».

Solicitan, al mismo tiempo, «una mejora en la limpieza de las aceras y de las plazas más próximas, como la de Santa Catalina, en la que el pavimento de madera está roto». Los conductores también se quejan del estado del pavimento: «Los adoquines están hundidos y eso dificulta todavía más circular por la zona», dicen.