Una mujer se fractura ambas muñecas tras una caída en la Ciudad Vieja

Tamara Rivas Núñez
Tamara rivas A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Calle Sinagoga donde Maite Mene, mujer que se cayó en la Ciudad Vieja y rompió las dos muñecas
Calle Sinagoga donde Maite Mene, mujer que se cayó en la Ciudad Vieja y rompió las dos muñecas CESAR QUIAN

Los socavones y la falta de estabilidad del empedrado le causaron unas lesiones de las que se sigue recuperando

23 jun 2018 . Actualizado a las 09:09 h.

Piedras sueltas a cada paso, desniveles que dificultan el caminar y socavones que se convierten en auténticas trampas para los peatones. El deterioro que sufre la Ciudad Vieja ha motivado que una simple caminata por las calles del barrio se convierta a veces en una carrera de obstáculos en la que se necesitan los cinco sentidos trabajando a pleno rendimiento, sin margen para el despiste.

Mayte Mene sufrió el pasado 20 de mayo en la calle Sinagoga un traspié que le ocasionó fracturas en ambas muñecas de las que todavía continúa recuperándose. «No me pongo fechas porque ya me han avisado de que esto puede ir para largo. Todo depende de cómo vayan evolucionando las lesiones», comenta. La inestabilidad del empedrado unida a los agujeros y la pendiente que hay en la calle le hicieron perder el equilibrio y terminar en el suelo. «Aterricé con manos, rodillas y cara. No quise caerme de espaldas porque tengo una lesión previa y podría haber sido mucho peor», explica con resignación.

En urgencias le hicieron placas, resonancias y un TAC que confirmaron una fractura limpia en la mano izquierda y una «rotura más complicada» en la derecha que limitaron su capacidad de movimiento y también su vida. «Con el problema que tengo en la espalda, ayudarme de ambas manos me resulta indispensable para cosas tan simples como levantarme, así que imagínate lo que supuso», razona. Y aunque el diagnóstico y la situación que está atravesando hacen que el ánimo, a veces, al igual que le pasó a ella, caiga al suelo, se muestra positiva y segura de que más temprano que tarde se recuperará.

Lo que tiene claro es que quiere que casos como el suyo no se repitan y por eso ha decidido denunciar. «Si lo que me pasó a mí sirve para que se arreglen calles y que nadie tenga que pasar por esto, me quedaré contenta», afirma. Y ahora que el plan de peatonalización de la Ciudad Vieja está a punto de ponerse en marcha, pide que se haga en condiciones, teniendo en cuenta a los peatones «porque muchas calles son un peligro y quien camina por ellas se la juega».

Su caída le ha servido no solo para tomar conciencia de la existencia del problema, sino también para caminar con más cuidado y evitar zonas complicadas que le puedan ocasionar otra caída que agrave sus lesiones. «Le puede pasar a cualquiera, pero ahora miro más al suelo, no vaya a ser», reconoce.

En abril, La Voz recogía ya los testimonios de dos mujeres, Mariví Fornos y María Vázquez Sande, que sufrieron también fracturas a causa del mal estado de las calles de la Ciudad Vieja. Mariví se rompió un tobillo en Cortaduría, y María, tres tendones en la plazuela de los Ángeles.