El consistorio obtiene la mayor recaudación por IBI de su historia

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

El impuesto aportó casi 60 millones a las arcas públicas durante el año pasado

17 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ayuntamiento logró el año pasado la mayor recaudación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de su historia. Este impuesto municipal, que constituye la mayor fuente de ingresos del consistorio, cerró el 2017 con 59.798.012 euros de derechos reconocidos, es decir, la cantidad que finalmente obtendrá el Ayuntamiento sumando lo recaudado en el período de pago voluntario -unos 54 millones- y lo que se acabará consiguiendo con retrasos o recurriendo a la vía ejecutiva ante impagos.

Ese impuesto aporta hoy a las arcas públicas un 50 % más que hace un decenio y es casi el doble que, por ejemplo, en el año 2004, cuando la caja municipal por ese concepto subió por poco de 30 millones.

Así, María Pita ingresará 3,4 millones de euros más por esos recibos que en el ejercicio anterior, el del 2016, pese a que el número de recibos fue prácticamente el mismo -apenas hubo edificios de nueva construcción- y pese a que el gobierno local aseguró siempre que nunca había subido los impuestos. 

Pisos vacíos

Entre las medidas de urgente aplicación, la Marea llevaba la de crear «máis bonificacións no IBI para familias numerosas e vivendas protexidas, e recargo para os inmobles baleiros en mans dos bancos». El gobierno local sí introdujo algunas bonificaciones, aunque la mayoría de los recibos no se tocaron. Sí subió el IBI a determinados sectores, algo que notaron en especial en el puerto, donde las facturas, hasta hace dos años bonificadas, se dispararon.

Finalmente, la iniciativa por la cual se iban a gravar los pisos vacíos en manos de la banca, no para obtener más recursos, sino para dinamizar esas viviendas y ponerlas en el mercado, nunca se llevó a cabo.

El concejal de Rexeneración Urbana, Xiao Varela, suele citar con frecuencia el hecho de que en la ciudad existen 19.000 pisos vacíos y que, por tanto, hay viviendas suficientes para atender la demanda. Sin embargo, hasta ahora el consistorio no ha puesto en marcha ninguna medida para facilitar que esos pisos se puedan vender o alquilar. El incremento en la recaudación del IBI no procede, pues, de esas viviendas.

Los ingresos por esa tasa dieron un salto significativo durante los años más duros de la crisis. En el año 2011, ante la falta de recursos de las Administraciones, el PP, entonces en el Gobierno, decretó una subida generalizada que supuso para A Coruña unos ingresos extraordinarios de unos 6 millones de euros.

Esa medida legal excepcional estuvo en vigor unos años, hasta que en el 2015 se abrió de nuevo la puerta a restablecer los tipos previos. El PP solicitó varias veces al gobierno local de la Marea que volviese a reducir ese impuesto, sin embargo, los de Ferreiro se negaron a ello, como también lo hicieron socialistas y nacionalistas en el pleno.

Después del IBI, el impuesto propio que más recursos reporta al consistorio es el de Vehículos de Tracción Mecánica. Es tasa aportó a las arcas el año pasado 11.402.489 euros. Le sigue el Impuesto de Actividades Económicas (IAE). En este último caso, el consistorio tenía estimado ingresar 12 millones de euros, que finalmente se quedaron en 10.762.069 euros.

El listado sigue con las plusvalías que se perciben con las transacciones de vivienda, y que reportaron a María Pita 8.033.334 euros, casi 1,5 millones más de lo previsto. Esa tasa grava sobre todo a las viviendas de segunda mano, las que más se venden en los últimos años.

Análisis | Vacas gordas a base de austeridad en el gasto y de mantener la presión fiscal

Durante más de la mitad del mandato la Marea Atlántica implantó en A Coruña una rigurosa política de austeridad, en parte consecuencia de la incapacidad de ejecutar unos presupuestos que, hasta este año, siempre se aprobaron tarde, y en parte buscada con la renuncia expresa al hormigón.

A su llegada a María Pita la Marea apuntó que su política no iba en la línea de crear nuevas infraestructuras. De hecho, anuló obras contratadas como la del centro cívico del Remanso, en Cuatro Caminos, porque los 1,4 millones de inversión le parecían excesivos. Así, en los tres últimos años no se abrió en la ciudad ninguna escuela infantil, ni centros cívicos, ni bibliotecas ni centros de día que sí se habían hecho en todos los mandatos.

La Marea tenía previsto dedicar los recursos a programas sociales, pero finalmente estos, como la renta social, acabaron consumiendo mucho menos de lo previsto. Iban a ser 3 millones al año y son menos de 400.000 euros.

Al no ejecutar obras y al mantener la presión fiscal heredada, el gobierno local se topó al cierre de cada ejercicio con importantes remanentes, unos 60 millones en total sin invertir. Esa situación saneada le permitió, por ejemplo, subir ahora el sueldo a la Policía Local. El año pasado, con todo, la Marea sí decidió poner en marcha algunas inversiones en obras. La primera de ellas y la más cuantiosa (7 millones) la reforma de la cubierta de Riazor. Mucho menos costoso, el carril bici, también en marcha.