Estatuas y esculturas sin placa explicativa y sin limpieza adecuada

andrea presedo / a. a. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Los visitantes se quejan de que los monumentos de esta zona verde están descuidados y carecen de identificación

17 jun 2018 . Actualizado a las 12:38 h.

Los jardines de Méndez Núñez representan un paseo por las diferentes celebridades que son parte de la historia de la ciudad. Emilia Pardo Bazán, Concepción Arenal, Castelao, Juan Fernández Latorre o Manuel Murguía son algunos de los personajes cuyas estatuas cualquiera puede encontrar a su paso por esta zona verde de la ciudad. Sin embargo, pasan inadvertidas, ya que no cuentan con una sola placa identificativa en la que se explique ni el autor de la escultura, ni quién está representado, o bien los textos han desaparecido.

Son muchos los colegios que organizan excursiones a los jardines debido al gran valor cultural e histórico que atesoran las celebridades allí recordadas. Se necesita de la compañía de un guía capaz de ilustrar su importancia al carecer de cartelería explicativa. Un problema que no ocurre si lo que se desea es conocer a la perfección la flora que allí se conserva, ya que el área está llena de señalizadores en cuatro idiomas, incluido el braille, además de códigos bidi para ampliar la información. «Está mejor explicada la flora del parque que los monumentos. Creo que las esculturas tienen un gran valor y se debería hacer un esfuerzo por conservarlas mejor», apunta Daniel Gerbaud, un joven que suele pasear a su perro por la zona.

El paso del tiempo tampoco se ha portado bien con ellas. Cuesta, por ejemplo, saber cuál es la estatua de Fernández Latorre, ya que de su nombre tan solo quedan unas letras sueltas, el resto se cayeron y no se han vuelto a reponer. «Limpiar las estatuas un poco más no vendría nada mal, es lo que realmente dota de valor este parque», dice Jose Ángel Abraldes, que acostumbra pasear por los jardines y considera que el musgo las dota de un aspecto un tanto decadente.

Un regalo para la ciudad

Estos jardines no solo albergan personajes de trascendencia histórica, sino que entre los árboles asoman esculturas de gran valor para la ciudad. Es el caso del monumento que conmemorativo el Año Internacional del Niño. «Fue un regalo de Unicef a la ciudad de A Coruña», cuenta Jazmín Vasco, hija del escultor Mon Vasco, al que la propia oenegé encargó la obra. «No tiene placa de autor ni de explicación. Además, el patrimonio artístico de nuestras ciudades es el espacio de interacción con la cultura y hay que cuidarlo», añade.