Las talas traen de cabeza a los barrios coruñeses

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Alberto Mahía

La presión ciudadana ya frenó cortes en Los Rosales, Casablanca o Linares Rivas

15 jun 2018 . Actualizado a las 11:15 h.

«Talan árboles donde no gusta que los talen y no los talan donde había que talarlos». La queja es de Aurora Graña, residente en Los Rosales, ahí donde la movilización vecinal consiguió salvar la vida a una decena de árboles que se levantan verdes desde hace 30 años en la carretera de los Fuertes.

El Ayuntamiento había puesto unos carteles apuntalados a los troncos anunciando su inminente tala y eso despertó la conciencia medioambiental del barrio. Sobre todo de los residentes en el bloque 2-10 de la carretera de los Fuertes. Se dirigieron al gobierno local para frenar la eliminación de esos eucaliptos y pinos con dos argumentos. Uno legal, y otro de bienestar. Julián Méndez recurrió al planeamiento urbanístico en vigor para señalar que al terreno en el que se encuentran esos árboles, calificado en el documento como urbano, «no se le puede aplicar la ley de montes, pues el artículo 2, apartado 2, de esta norma no tiene consideración de monte o terreno forestal». Leyes aparte, no quieren por nada del mundo que desaparezca esa barrera natural que tienen frente a sus casas. «Talarlos, supondría vivir en un paraje lunar», añade Carmen Frías. Tras escucharlos, el gobierno local dio marcha atrás.

Eso sí, lo que no quieren ahora es que, paralizada la tala, se olviden de la limpieza de rastrojos y del mantenimiento.

Estos vecinos de Los Rosales no son los únicos que se dirigieron al Ayuntamiento para evitar la aplicación de la Ley Autonómica de Prevención de Incendios, esa que obliga a cortar todos esos árboles que estén entre 30 y 50 metros de las viviendas o de las carreteras. También en Casablanca un grupo de residentes consiguió hace una semana paralizar en seco la tala de un grupo de eucaliptos que se levantan junto al centro de salud del Castrillón. La empresa adjudicataria solo pudo derribar uno. Y cuando empezaba con otro una mujer llamó la atención a los operarios, les pidió la licencia y aquellos salieron a la carrera.

En cambio, donde sí quieren que llegue la motosierra es en Santa Margarita, donde los vecinos llevan años pidiendo al Ayuntamiento que tale los árboles que están en su perímetros. En algunos casos, las ramas alcanzan sus ventanas, como en la calle San Mateo. El gobierno local les ha contestado a todas sus reclamaciones con un no.

Árboles que no se salvaron fueron los de la plaza elíptica de Los Rosales. El pasado mes de febrero, por sorpresa, el Ayuntamiento se llevó por delante varios ejemplares. La presidenta de la Asociación de Vecinos, Karine Pham Thi, lamentó entonces la falta de comunicación por parte del Ayuntamiento, ya que no tuvieron constancia de la retirada de varias especies invasoras hasta que no se pusieron en contacto con el departamento de medio ambiente. «Nos han dicho que los árboles estaban en mal estado y que los retiraban por seguridad», comentó. Las especies fueron sustituidas por cerezos y robles. 

Plan de Expansión

Esas nuevas plantaciones forman parte del Plan de Expansión de Arbolado, que ha sumado a la ciudad más de un millar de ejemplares desde diciembre. El objetivo es finalizar el año con un incremento de un 10 % del arbolado urbano. Fuentes municipales insisten en que se eliminan los árboles enfermos o que no cumplen con la ley autonómica, mientras se plantan decenas de ejemplares por toda la ciudad. 

Los árboles de Primo de Rivera pasaron de estar enfermos a sanos durante las obras del carril bici

El gobierno local indultó los árboles de la avenida Primo de Rivera, que iban a ser talados para facilitar la construcción del nuevo carril bici metropolitano. La presión ciudadana obligó al Ayuntamiento a echarse atrás.

El motivo, según explicó entonces la Marea Atlántica en las redes sociales, fue que se escuchó a la ciudadanía, ya que la tala había sido muy criticada por varios colectivos, entre ellos la entidad ecologista Arco Iris. Sin embargo, el gobierno local había defendido la retirada de los árboles por motivos técnicos. 

Enfermos

Tanto la concejala de Medio Ambiente, María García, como el alcalde, Xulio Ferreiro, habían subrayado la necesidad de la tala tanto para facilitar la obra como por el estado de salud de los árboles que flanquean la avenida. El regidor, en una entrevista anterior en Radio Voz, había señalado que era preferible cambiar esos árboles por otras especies «menos agresivas», ya que sus raíces podían suponer un riesgo para el pavimento del carril bici. Pero además, Ferreiro había subrayado que «practicamente todas as árbores están enfermas».

Según explicó, estaban aquejadas por la aparición de un «fungo», cuyo desarrollo se habría visto facilitado por la variación de las temperaturas en invierno. La acción de ese hongo había provocado que la mayoría de los ejemplares estuviesen en «un estado moi deteriorado», lo que había llevado a los técnicos a aconsejar la tala.

El gobierno local nunca ha explicado cómo se han solventado los motivos técnicos que le llevaron a optar por la tala, ni si el estado de salud de los árboles ha mejorado de forma súbita frente a la mencionada plaga de hongos.