Cerdos pata negra en Feáns

Emiliano Mouzo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Manuel Fariña González cría puercos ibéricos en una finca  cercana a la zona de A Zapateira

11 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchos expertos consideran a Extremadura como el paraíso del cerdo ibérico. Ya los romanos afincados en las cercanías de la Vía de la Plata utilizaban las dehesas de Cáceres y Badajoz para el pastoreo de cerdos ibéricos y se convirtieron en expertos curadores de jamones y productos derivados de este animal.

Pues de Badajoz, más concretamente de Alburquerque, una de las zonas con más renombre en la cría de cerdos negros de pura raza, trajo Manuel Fariña González hasta A Coruña los primeros ejemplares de este tipo de cochino 100 % ibérico.

De la llegada de los pata negra ya hace casi diez años. Utilizó una parcela de su propiedad, de casi 10 hectáreas y ubicada entre Feáns y A Zapateira, como la dehesa coruñesa del cerdo ibérico. «Se adaptaron muy bien porque son cerdos muy duros, más que el blanco, y soportan todo tipo de clima. Cuando llueve, y aquí lo hace bastante a menudo, se desaniman un poco, pero lo soportan muy bien», contó Manuel Fariña.

Las instalaciones y la granja de Fariña González se compone de una amplia extensión de campo dedicada al pasto, zona arbolada con castaños y carballos, un riachuelo que cruza todo el terreno, y un pequeño alpendre para el refugio de los cerdos: «Un espacio de lujo para la cría del cerdo ibérico», aseguró Manuel.

«Creo que aquí los puercos viven a cuerpo de rey», dice el ganadero. Están todo el día en libertad, se alimentan de castañas, de landras, «la bellota gallega», y sobre todo de pasto. Además, los cerdos que se crían en la finca ubicada entre Feáns y A Zapateira se benefician para saciar su sed del agua cristalina que baja por el riachuelo que discurre por las 10 hectáreas de la finca.

Manuel Fariña González quiere hacer hincapié en la dieta de sus cerdos: «Le ofrezco lo mismo que los ganaderos de Extremadura, pero hay una diferencia, la hierba». Dice el ganadero que las landras no tienen nada que envidiar a las bellotas, «pero el pasto gallego es de superior calidad que el de las fincas extremeñas». Para justificarlo pone el ejemplo de la ternera gallega: «La exquisitez de la carne de nuestra cabaña vacuna se debe a la hierba que tenemos en Galicia», subrayó.

Manuel también quiere dejar claro que sus cerdos son 100 % ibéricos, «pata negra». Sí, porque sus puercos «están todo el día en el campo y su alimentación es completamente natural, no como los de cebo o recebo, que pasan un tiempo en cautividad y también se le aporta un complemento alimenticio en forma de pienso», subrayó.

Desparasitados

El ganadero coruñés asegura que las únicas fórmulas químicas que toman los miembros de su piara «son los complejos médicos para desparasitarlos interior y exteriormente». Los cerdos también pasan un saneamiento anual «y desde que tengo la granja, jamás tuve una baja», subrayó Manuel Fariña.

El hombre sueña todos los días con sus animales: «Después de mi familia son mi vida, de ellos aprendo mucho», dijo. Incidió en la confianza que tienen los cerdos con quiénes visitan la dehesa, «esa misma tengo yo con las personas que me rodean».

El precio del cochinillo es de 4 euros el kilo

Manuel Fariña González, de 57 años, manifestó que no hace mucho tiempo que llegó a tener una piara con más de cuarenta unidades. Sin embargo ahora tan solo tiene diez cerdos adultos y otros tantos cochinillos: «Estoy ya un poco cansado y venir todos los días aquí y mimarlos como lo hago yo cuesta, pero de momento aún no lo voy a dejar de forma definitiva».

De hecho, dentro del grupo de puercos, aún tiene a tres hembras en fase de reproducción «y a un cerdo de puesto, reproductor», dijo. Por lo que la continuidad del cerdo ibérico en A Coruña aún está garantizada.

Manuel le vende a particulares, a importantes restaurantes de la ciudad y de su área metropolitana para consumo, e incluso a personas «que los quieren criar en sus casas, en vez del cerdo blanco, para la matanza».

El precio de los pata negra, siempre en canal, depende del tamaño del animal. El valor del cochinillo ronda los 4 euros, mientras que el del adulto oscila entre los 10 y 12. Recuerda Manuel Fariña que el cerdo grande «no debe exceder mucho de los 100 kilos para que la carne tenga el sabor ideal», dijo. Subraya que tanto el cochinillo como el adulto «de estos cerdos felices», como él les llama, «son fuente de salud. Su carne es baja en colesterol y rica en omega 3».

Secadero en Vilalba

Manuel Fariña recuerda que él no despieza los cerdos, «se llevan a un matadero». Pero si algún cliente quiere hacer jamones o paletas, Fariña González se ofrece para secar estas partes de los cerdos. «Si me lo piden llevo las piezas a Vilalba, allí hay un secadero extraordinario, tan bueno o mejor que los que existen en Castilla y León».