Mina para unos, ruina para otros

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

Hasta ocho conductores obviaron ayer la señalización de prohibido pasar entre las 12 y las 13

09 jun 2018 . Actualizado a las 10:59 h.

Las cámaras de la Marina se han convertido en un filón para las arcas municipales. Nueve meses después de su instalación, la media diaria de conductores que, por despiste o negligencia, circulan por donde no deben se eleva a 125.

Ayer, entre las 12 y las 13 horas, hasta ocho conductores se saltaron la prohibición. Seis de ellos, de fuera de la ciudad. Como Javier Gil, un extremeño que pasó bajo las cámaras detrás de un autobús. Cuando se le dijo que estaba cometiendo una infracción que le supondría 100 euros de multa, aparte de echarse las manos a la cabeza, aseguró que no vio señal alguna. «Venía buscando la entrada a un párking y la verdad es que no me fijé», argumentó.

Un despiste de 100 euros

Era la primera vez que Javier venía a la ciudad, pero Ramón Lema vive en el Ventorrillo y, pese a todo, también circuló por la Marina como Pedro por su casa. Al salirle al paso y advertirle de lo que estaba haciendo, le dio un puñetazo al volante. «Si lo sabía, que lo leí en el periódico, pero me despisté. Me olvidé. Iba pensando en mis cosas y ni cuenta me di», dijo.

Hay quien no se lo explica. Que entiende que hay señalización suficiente para no pasar y dar la vuelta. Mila Ponte, desde su quiosco, lo ve a diario y si tiene que culpar a alguien, culpa a los conductores. Porque, para ella, las señales «son bien grandes y están por duplicado». También es cierto, añade, que «la inmensa mayoría de los conductores sancionados no son de la ciudad y, si lo son, tienen el hábito de toda la vida de circular por la Marina y desconocen la prohibición».

Hay dos sistemas de videovigilancia, uno frente a la Autoridad Portuaria y otro junto al hotel Finisterre. Para Manolo Pastoriza, vecino de la zona, más que cámaras «son un mina». Fueron 3 millones de euros lo que recaudaron y para este hombre es una «barbaridad». Cree que si la cifra es tan alta, «la culpa no es siempre de los conductores, que la gran mayoría son de fuera, no conocen la prohibición y van atentos a otras cosas». Algo de culpa, añade, «tendrá el Ayuntamiento, que visto lo visto debería recapacitar y mejorar la señalización». Pastoriza opina que si cuatro señales en la Autoridad Portuaria y otras tantas en el Finisterre no son suficientes, «deberán ponerlas más grandes o buscar un mejor sistema de aviso».

La hostelera Carmen Balseiro pondría un cartel luminoso y grande. Como la mayoría de los multados son de fuera, lamenta que se vayan de la ciudad con una multa en el maletero. «No es bueno para el turismo», sostiene. Dice que no quiere «ser mal pensada», pero «que no hayan hecho nada ante tal cantidad de sanciones puede que les interese». 

Experto en movilidad

Antonio Huesca es experto en movilidad urbana sostenible. ¿Qué opina? ¿Ve razonable que 125 personas al día sean sancionadas por circular por un lugar indebido? Contesta que «algo no está funcionando bien y algo habrá que hacer». Si bien entiende que la señalización es muy visible, hasta con cuatro señales, en cada lado, «si son tantos los que la obvian, es que hay que mejorarla y ampliarla». Está claro, dice, que con la normativa en la mano y con la señalización existente, poco tienen que protestar los sancionados. Pero «también es cierto que es más fácil despistarse en una vía en la que solo el transporte público puede circular. El resto de conductores piensan que ellos también».