«Nuestros alumnos extranjeros creen que decimos mucho 'vale' y 'guay'»

Loreto Silvoso
loreto silvoso A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Buscan familias de acogida en A Coruña para estudiantes de todo el mundo

03 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Con ellas sí que nadie es forastero en A Coruña. Judith Longueira e Hilda Puig organizan «inmersiones lingüísticas reales» para estudiantes de todo el mundo en la ciudad. Si te apetece acoger a uno de ellos en tu casa, llámalas.

Pregunta. Aquí la única inmersión lingüística real que conocemos es la del catalán en Cataluña. ¿En qué sumergen a los estudiantes en A Coruña?

Judith Longueira. Esta es una ciudad ideal para hacer una inmersión lingüística y cultural en España. Piense que, en Madrid o Barcelona, hay mayor presencia de lenguas extranjeras en la calle.

P. ¿E o galego, qué?

Hilda Puig. Lo bonito es que el alumno sea consciente de la enorme diversidad de lenguas.

J. L. Esto no es solo la España y olé de las sevillanas o las gaitas. Es todo eso y es muy diverso.

P. Alguno pensará que la verdadera experiencia española consiste en salir de marcha o bailar flamenco en un tablao.

J. L. Pues si el alumno es menor de edad, no le dejamos salir más allá de las diez de la noche. Y ponemos otras normas de convivencia, como que no gasten mucha agua o que apaguen las luces.

P. ¿Es un hueso el castellano?

Las dos. ¡El castellano es muy difícil! Más que otras lenguas.

P. ¿Qué es lo que peor llevan?

H. P. Los tiempos verbales. Cuando toca explicarlos, me dan un poco de pena [risas]

J. L. Las preposiciones, el género, la fonética... Lo de los estudiantes chinos con la erre no es un tópico. Les cuesta identificar ese sonido, de ahí lo de pero y pelo.

H. P. Además, los estudiantes chinos solo tienen un tiempo del pasado y en castellano hay: «fui», «he ido», «iba», «había ido»... Así que se desesperan mucho. «¿Para decir que fuiste a un sitio tenemos que darle tantas vueltas?», te comentan entre risas, ja, ja...

P. Así que es complicado.

J. L. Sí, el español tiene muchas más excepciones que reglas.

P. ¿Cuál es la primera frase que les enseñan?

H. P. Lo típico: «Buenos días», «¿cómo te llamas?», «hola, qué tal»... Nuestros alumnos extranjeros creen que decimos mucho «vale» y «guay» [risas].

P. Con alumnos llegados de tantos sitios diferentes, ¿su trabajo es casi como viajar?

H. P. Es un poco eso. Y sin movernos de casa. ¡Por eso nos gusta!

J. L. Aprendes mucho. El otro día una alumna coreana nos dijo que en su país tiene 22 años, pero aquí tiene 20. Lo que pasa es que ellos, cuando nacen, ya tienen un año; y en Corea todo el mundo celebra el cumpleaños el 1 de enero. Por eso tiene ahora 22.

P. ¿Qué les parece A Coruña?

H. P. Les sorprende mucho la localización geográfica de la ciudad. Casi todos se desorientan bastante al llegar. Ya sabe, esto de que ven el mar de un lado, pero del otro lado también [sonríe].

J. L. Les parece que esta es una ciudad llena de posibilidades, cómoda, con servicios, con playa...

H. P. Y que los coruñeses somos muy acogedores.

P. A estas alturas de la entrevista, el lector se estará preguntando cuánto pagan por alumno.

J. L. Pues son algo menos de 20 euros al día. Es decir, alrededor de 600 euros al mes.

P. Oigan, ¿para qué tanto estudiar idiomas ahora si ya hay aplicaciones de móvil que te lo traducen todo?

J. L. Por mi experiencia como traductora, le puedo decir que hay matices de la lengua imposibles de captar por una máquina. Sobre todo, en Galicia. ¡No hay tecnología que sepa interpretar nuestra retranca!