De la mediana New Jersey al somier valla

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

02 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En ocasiones es complicado seguir los sinuosos caminos de la alta política, que sorprende por sus direcciones contrapuestas. Nuestro gobierno local lleva años demorando la reforma de la avenida Alfonso Molina por su proyecto de humanización del vial, que lucha por florecer en los despachos del Ministerio de Fomento, que parece haber puesto el plan en barbecho. Pero bueno, se supone que zonas de césped y especies autóctonas acompañarán antes o después el trazado de las sendas peatonales y el carril bici, tras haber aceptado parte de las propuestas municipales el ministerio, que, no obstante, descartó otras como los pasos para batracios o, antes incluso, una arboleda sobre el vial que sembraría de hojas la calzada para convertirla en una pista de patinaje. Una ocurrencia.

Curiosamente, este afán humanizador del extrarradio lo revierte el ejecutivo coruñés cuando plantea la nueva mediana de la céntrica avenida Primo de Rivera. Desertores del matorral, renuncian allí a la barrera vegetal y apuestan por una mediana de hormigón tipo New Jersey (fue colocada por primera vez en esa localidad estadounidense, en los años cincuenta) que va a costar unos 65.000 euros y que está recomendada para absorber impactos por colisión en autopistas y vías de alta capacidad. Como Primo de Rivera, claro, donde el bucólico paseo de los ciclistas por el flamante carril bici que se empezará a construir en breve será más espartano que el de Lavedra.

Pero a la vista del atronador rechazo vecinal generado por la iniciativa, el Ayuntamiento recuperó de pronto su ADN ecologista y decidió adosar al cemento New Jersey unos pequeños maceteros en los que plantará enredaderas para que la tosca barrera se vaya recubriendo de hojarasca. Otra ocurrencia que puede restar espacio para transitar por la vía.

Y ya puestos a ensayar ocurrencias, vecinos del lugar afilaban estos días su retranca con propuestas autóctonas y de honda raigambre en el terruño, como que en la mediana de Primo de Rivera luzca una ringlera de somieres valla, esos que se usan por Galicia adelante como cierre de fincas. No está mal tirado: son estrechos, con lo que favorecen la circulación de vehículos y dejan más espacio al carril bici; colocados en vertical, colaboran por su altura al natural crecimiento de la enredadera, y los huecos de la trama facilitan el tránsito de alimañas de todo pelaje sin necesidad de habilitar pasos específicos.

Todo son ventajas. Solo quedaría animar a los coruñeses mediante un proceso participativo y transversal para que donen sus enseres y contribuyan de paso al reciclaje. ¿Que después hay un exceso de somieres? Sobran calles en la ciudad para reubicarlos.