La capilla castrense celebró el día de Santa Rita, abogada de los asuntos complicados
23 may 2018 . Actualizado a las 12:50 h.Es una de las devociones más arraigadas y posiblemente menos conocidas de la ciudad. Ayer, a las nueve de la mañana, ya había gente a las puertas de la capilla castrense de San Andrés con motivo del día de Santa Rita, abogada de los asuntos complicados. La de este año fue una celebración especial porque hace poco más de un mes que falleció de manera repentina el párroco Carlos Recarey. Además, se da la circunstancia de que la panadería Sanjurjo de la calle Pío XII, suministradora de siempre de los panecillos típicos de este día, está cerrada por reformas. «Este año lo encargamos en una panadería de Vilarrodís», explica el nuevo párroco castrense, Carlos López, que acaba de llegar a nuestra ciudad y ya se encontró con el día de Santa Rita nada más aterrizar. «Me parece una tradición muy bonita. Soy de Guadalajara y estaba destinado en Sevilla hasta que hace un mes me mandaron para aquí», apunta mientras la gente abona los 25 céntimos que cuesta el panecillo. También se venden las típicas rosas a 2,50, suministradas por la floristería Fran. Finalmente Santa Rita intercedió y obró el milagro. Pudo haber fiesta a pesar de que hasta hace nada en la capilla de San Andrés no había párroco ni tampoco panes que llevarse a la boca.