Una estructura submarina como solución a los temporales en el Orzán

carlos sánchez-tembleque

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Un proyecto planteado en los años 50 y no ejecutado podría ayudar a frenar las olas en la ensenada

14 may 2018 . Actualizado a las 08:14 h.

Los temporales en el Orzán y Riazor y sus consiguientes daños en vidas y bienes no son algo nuevo, siempre han ocurrido. Pero en las últimas décadas la invasión del mar en nuestra ciudad es cada vez mayor y lo peor es que muere gente (también más que antes): en los últimos 12 años, 14 personas.

Hay varios aspectos que influyen en la cada vez más frecuente invasión del mar. Por un lado, cuando se construyó el paseo marítimo, a principios de la década de los 90, se decidió dotar con buen criterio a los coruñeses de una playa en condiciones. Se acometió un relleno de arena en ambas playas, que sin duda facilita la invasión del mar hacia el paseo marítimo y hacia la ciudad. Además, incluso en la temporada estival las playas del Orzán y Riazor a veces dan problemas y sustos a los bañistas por la excesiva resaca.

Cambio climático

Pero hay otro hecho que nadie ha comentado: el nivel del mar ha subido en las últimas décadas y lo seguirá haciendo de manera creciente en el futuro. El cambio climático está detrás.

Según la NASA, en su web del clima (https://climate.nasa.gov), desde inicios de la década de los 90, cuando se inauguró el paseo marítimo, el nivel medio del mar ha aumentado más de 8 centímetros, a razón de 3,2 mm por año. Y lo peor es que los pronósticos son pesimistas de aquí a fin de siglo: el nivel del mar subirá entre medio metro y un metro por encima de los niveles actuales. Por tanto, el empeoramiento observado en las últimas décadas no ha hecho más que comenzar.

El plan de Arriandiaga

El problema del aumento del nivel del mar se conoce ahora, no en décadas pasadas, pero aún sin esa amenaza, en 1968 ya se estudió una solución solvente para erradicar ese peligro para las vidas humanas y de daños materiales por temporales que siempre existió. Se trataba de construir un dique o barra submarina (invisible incluso en bajamar para evitar cualquier tipo de impacto visual y ambiental) para contener las olas que rompían en el litoral urbano en la ensenada del Orzán y Riazor. El estudio fue realizado por el Ministerio de Obras Públicas por el entonces ingeniero jefe regional de Costas de Galicia Jaime Arriandiaga, recientemente fallecido. Él planteaba dicha «barra» submarina a cierta distancia de la orilla. De esa manera se precipitaría la rotura de la ola un poco hacia mar adentro. Dicho proyecto, que de hecho tuvo una iniciación en el pequeño muelle frente a las Esclavas ya derribado, fue desechado porque era muy caro para la época (hace 50 años).

La solución puede no ser del agrado de los surfistas, pero para evitar su rechazo se puede limitar la estructura a ciertas zonas, dejando una parte libre para los amantes del surf.

Soluciones

Propongo retomar este proyecto u otro similar que de manera definitiva, suponga una solución solvente y casi permanente, para evitar daños humanos y materiales por los siguientes motivos:

1. La protección es necesaria en todas las épocas del año no solamente en invierno, en verano la excesiva resaca, a veces, ha provocado desgracias.

2. Como indica la página web de la NASA el cambio climático está elevando el nivel del mar en progresión ascendente. El problema no hará más que empeorar: las inundaciones serán la tónica general ante el menor temporal invernal en el futuro, y así aumentarán los peligros para las personas.

3. Sería una solución perfecta para muchas décadas, al menos hasta que el nivel del mar no suba de, pongamos, medio metro. Luego habrá que acometer otro tipo de soluciones pero ya de manera general en todas las ciudades costeras del mundo.

4. Lo que hace 50 años era muy caro puede que ahora no lo sea toda vez que la renta per cápita ha pasado de 950 dólares en 1968 a 26.528 dólares en 2017.

Carlos Sánchez-Tembleque es profesor de la Escuela de Finanzas de A Coruña