«Prefiero no entrar en el piso y que esté tapiado a que vuelvan los okupas»

Mila Méndez Otero
M. MÉNDEZ A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

FERNANDO DELANTE DEL PORTAL TAPIADO DE UN EDIFICIO DE CIUDAD VIEJA. OKUPAS
FERNANDO DELANTE DEL PORTAL TAPIADO DE UN EDIFICIO DE CIUDAD VIEJA. OKUPAS MARCOS MÍGUEZ

El copropietario del edificio cerrado espera que la nueva ley sea más efectiva

03 may 2018 . Actualizado a las 11:22 h.

La alarma social que está generando el fenómeno de la okupación lleva a muchos propietarios al extremo: no les importa que sus viviendas estén totalmente tapiadas. Es el caso de Fernando, el dueño del bajo y de la primera planta del número 5 de la calle Alfonso IX, que ha visto cómo el otro copropietario del edificio ha bloqueado el acceso a todo el inmueble. «Prefiero no entrar a que vuelvan los okupas», confiesa. Ahora, ni él ni nadie puede hacerlo sin tirar abajo la pared que esconde el portal. Se siente como en punto muerto: «Un día tendré que ponerme en contacto con el otro copropietario. Reside fuera y no es fácil. Cuando heredé, mi intención siempre fue la de rehabilitar para vivir aquí y he tenido que poner cemento y ladrillo en las dos puertas que dan al vestíbulo», lamenta. Está de alquiler en otro piso.

El bolsillo de los propietarios no es el único que se resiente. «En zonas de A Coruña donde hay viviendas okupadas es más difícil vender», apunta Jesús Pazos, de la Asociación de Profesionales Inmobiliarios del Noroeste. «La Ciudad Vieja no está entre los lugares más afectados», añade Pazos, que sí señala puntos como la ronda de Nelle. «Espero que los cambios en la ley sean efectivos porque hay una psicosis». La Inspección Técnica de Edificaciones (ITE) es el otro requisito que tiene en vilo a Fernando para poder restaurar: «Tuve que hacer guardias en mi piso y en el bajo para que no volvieran a entrar. Arriba, al no estar aquí el dueño, no les costó mucho», se queja.

Una tramitación más rápida persigue aliviar la situación a los dueños afectados

La reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil, cuya aprobación final se prevé para junio, responde a una necesidad creciente. Así lo cree la integrante de la junta de gobierno del Colegio Provincial de Abogados de A Coruña Beatriz Núñez. «La tramitación va a ser más rápida y sumaria. A día de hoy tienes que dirigir las acciones legales contra alguien. El problema es que en una okupación es difícil probar quién está usurpando la vivienda. Ahora se introduce la figura de los 'ignorados okupantes'. Son ellos los que tienen que demostrar que tienen un título, como un contrato, que los habilita para estar en el inmueble. Si no presentan nada se dictará un auto y se entregará la posesión al demandante», explica la colegiada. 

Pendientes de junio

Fernando, el propietario que expulsó a los okupas de uno de sus dos pisos de la calle Alfonso IX, aplaude la nueva ley. «Si tiro el muro ahora, ¿quién me asegura que no volverán a entrar?», se pregunta. Beatriz Núñez admite que las acciones existentes en casos así «no son las idóneas» a la hora de recuperar una propiedad. «En el texto que irá al Senado se habla de 'mafias'. Okupantes que se lucran cobrando a otros okupantes», añade Núñez. Un problema en ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia que se expande. La abogada advierte: a estos desalojos exprés no podrán recurrir bancos o fondos de inversión. La reforma está orientada a particulares o Administraciones que tienen casas sociales. Además: «Un inquilino que no paga la renta no es un okupante ilegal, es un arrendatario. Aquí hay que seguir recurriendo al desahucio por impago».