Jesús Ferreiro: «Lo importante del Titanic son sus historias de valentía»

La Voz

A CORUÑA CIUDAD

BASILIO BELLO

El presidente de la Fundación Titanic ofrece el sábado una charla coincidiendo con la exposición que estará hasta el día 13 en el Parrote

01 may 2018 . Actualizado a las 11:27 h.

Los apellidos delatan el origen gallego del presidente de la Fundación Titanic, Jesús Ferreiro Rúa. Un periodista que se enamoró de las historias que iban a bordo del malogrado buque, y cuyo legado pretende preservar. Coincidiendo con la exposición que hasta el día 13 está en el Parrote -para la cual los suscriptores de La Voz de Galicia cuentan con un 25 % de descuento en el precio de las entradas-, Ferreiro ofrecerá este sábado en el Sporting Club Casino, a las 19.30 horas, una charla sobre el barco más famoso de la historia.

-¿Qué tiene el Titanic que continúa levantando pasiones?

-Esa es la gran pregunta. ¿Por qué seguimos hablando del Titanic más de cien años después de su hundimiento? Ha habido otras muchas catástrofes marítimas en este tiempo, pero ninguna ha generado tanta expectación y tanta leyenda como el Titanic. Sin duda se ha convertido en un mito, pero el motivo no alcanzo a comprenderlo del todo. La verdad es que ya era un mito antes del hundimiento. En el acto de botadura del casco del Titanic se dieron cita en Belfast alrededor de 100.000 personas, según la prensa de la época. Algo inaudito. Incluso el alcalde de Belfast estableció una tasa para entrar en la ciudad en esos días, y con ese dinero se construyó un hospital infantil. Y todavía no había nacido la leyenda. Es algo que va más allá de la razón.

-¿Y a usted, de dónde le viene la pasión por el Titanic?

-Soy periodista y durante 25 años hice un programa de radio que se llamaba Onda Pesquera, y los días 14 y 15 de abril lo dedicábamos siempre al Titanic. Aprovechábamos para hablar de seguridad en la mar. Y tuve la oportunidad de hacer entrevistas a nueve de los supervivientes, con algunos de los cuales llegué a tener gran amistad. La historia llegó a apasionarme y busqué si había alguna fundación que se dedicase a preservar e investigar el legado del Titanic, pero me encontré con que no había. Y como los de Corme somos así, pues la fundé yo en el 2008. Y desde entonces estamos peleando para mantener viva la historia de las historias.

 -Supongo que no habrá sido fácil hacerse con un patrimonio como el que está expuesto en el Parrote.

-Es una labor complicada, entre otras cosas porque es una fundación sin ánimo de lucro y tampoco tenemos el dinero para hacer todo lo que nos gustaría hacer. Pero vamos contando con muchas colaboraciones para sacar adelante exposiciones como esta.

-Tienen una impresionante colección de objetos expuesta.

-Pero creo que lo importante no son tanto los objetos, los fetiches, como las historias que hay detrás. Lo que pretendemos es que la gente salga de la exposición conmovida, emocionada por los ejemplos de amor y valentía que tuvieron lugar en el hundimiento. La cantidad de personas que entregaron sus vidas por salvar a otro. He visto a mucha gente llorar al salir de la exposición. Todo en la exposición, desde lo más pequeño, que es un anillo, a la gran maqueta del barco que tenemos, son herramientas para contar estas historias humanas. Ese es nuestro cometido, mantener vivas las historias de valentía del Titanic.

-¿Queda todavía algo que contar sobre el Titanic que no se haya contado ya?

-Ha sido contado todo muchas veces, de muchas maneras, y no siempre de la manera más correcta. Cuando se han realizado películas sobre el Titanic, los guionistas han ido arreglando la historia según su conveniencia. Son licencias para que la película sea más atractiva.

-Se lo preguntaba por su conferencia del sábado. ¿De qué hablará?

-Precisamente lo que hago es trasladar el testimonio de los supervivientes, las historias verdaderas, no guionizadas. Sin añadir fantasías ni adornos, porque tampoco le hace falta. Y aclaro algunos mitos, como el hecho de que el barco no chocó contra un iceberg, sino que simplemente lo rozó, que es distinto. Lo que pasa es que le dio en el peor lugar posible.