Marcelo Nisinman: «El tango es aceptar las melancolías de la vida y hacer de ellas algo bello»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Fernando Pérez

El compositor e instrumentista argentino toca hoy y mañana con la Orquestra Vigo 430

21 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El auditorio municipal de Vigo, hoy, y el Teatro Colón de A Coruña, mañana, acogerán sendos conciertos de la Orquestra Vigo 430 basados en tangos contemporáneos de los compositores argentinos Astor Piazzolla y Marcelo Nisinman. La formación musical contará con la participación de la violinista Rusanda Panfili y la viola de Dana Zemtsov. El propio Nisinman, continuador de la labor renovadora del tango, aportará sus habilidades con el bandoneón.

-¿Presenta alguna dificultad situar un bandoneón en una orquesta clásica?

-Es un instrumento tan noble como otros,, todo depende también de la partitura que se escoja, cómo esté escrita y, por supuesto, de los intérpretes. En este caso, no me resulta complicado porque todos sabemos lo que estamos haciendo.

-¿Facilita ese acoplamiento la elección de un repertorio suyo y de Piazzolla?

-Sí, lo que me encargo de tocar se corresponde con arreglos míos, ya que fui yo quien escribió la partitura para orquesta de esas composiciones de Piazzolla. También hay una obra mía, por lo que estoy un poco en mi planeta.

-¿Ese planeta tiene como única referencia el tango?

-Es más abierto porque el tango es arte y es música. A partir de esa idea se abren un motón de puertas. No me gusta limitar mi camino a lo que se llama en general tango tradicional.

-¿Se refiere a la idea de convertir en contemporáneo este estilo?

-Me refiero a salir de la idea de que el tango pertenece nada más a Buenos Aires, a abrir la cabeza al lenguaje musical.

-En el flamenco ese camino siempre ha provocado controversia. ¿Ocurre lo mismo en Argentina con el tango?

-Sí y no. Intuyo que en el caso del flamenco, como pasa con el tango, es una cuestión irreal, en el sentido de que las causas que generan ese conflicto entre lo nuevo y lo tradicional obedecen más a razones sociopolíticas y económicas que a otra cosa. Lo que hay de fresco en el flamenco o en el tango tiene que ver con la no repetición del pasado.

-Uno de esos nuevos caminos es su proyecto Franz. ¿Cómo fue acogido en Argentina?

-Hace poco hicimos un concierto en Buenos Aires y alguno de los músicos estaba sorprendido de la buena acogida, a pesar de que no hicimos si quiera nada de Piazzolla o temas tradicionales. No pasa nada. Si las cosas están bien hechas, bien tocadas, bien escritas y los músicos están convencidos sobre el escenario, el público disfruta.

-¿Qué es el tango?

-Decía el compositor Discépolo que el tango es como una vida en tres minutos. Yo podría agregar que es un sentimiento melancólico que se toca. Los porteños no sufrimos el tango como algo dramático, sino que es una forma de aceptar las partes más melancólicas de la vida y hacer de eso algo bello.