«Esta aventura es un privilegio»

Carla Elías Martínez
carla elías FERROL / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

El windsurfista británico Jono Dunnet partió en mayo del 2017 desde el mar de Barrets y prevé finalizar este año su travesía por Europa; el temporal lo retiene en A Coruña

03 abr 2018 . Actualizado a las 11:05 h.

«Esta aventura es una oportunidad, una vez más, de hacer algo que me inspira, un privilegio enorme», reconoce Jono Dunnet. A este británico de 43 años, que da la vuelta a Europa en su tabla de windsurf, le sorprendió la última borrasca cuando cruzaba la costa del Ortegal. El domingo por la tarde llegó a A Coruña, donde se quedará de momento, a la espera de que pase el mal tiempo. Pero previamente recorrió Cedeira, Cariño y Bares. «Ortegal es impresionante, pero para navegar, bastante duro. La verdad es que en la etapa de Cariño a Cedeira lo pasé un poco mal porque había mucho mar», reconoce.

Dunnet partió el 20 de mayo del año pasado del mar de Barrets, en la frontera entre Noruega y Rusia, con un objetivo en su cabeza, recorrer toda la costa europea hasta acabar en el mar Negro, al sur de Rusia. «Hace un par de años había hecho la vuelta a Gran Bretaña y me abrió los ojos a la oportunidad de hacer algo más largo. Me gustó conocer mi país y conocer mi continente, y ahora es como quitarle la siguiente capa a la cebolla», describe. Ya ha cruzado Noruega, Suecia, Dinamarca, Alemania, Holanda, Bélgica, Francia y ahora España. Por delante le queda llegar a Portugal y regresar a España para adentrarse en el Mediterráneo y cruzar Francia, Mónaco, Italia, Albania, Grecia, Turquía, Bulgaria, Rumanía y Ucrania para terminar de nuevo en la frontera rusa. «Veo posible llegar este año si me acompaña el tiempo», vaticina.

Tinte solidario

Para poder llevar a cabo esta aventura es necesario tener una buena base deportiva. «Estuve muchos años trabajando como monitor de windsurf en Menorca», recalca. La aventura tiene también un tinte solidario, ya que los fondos recaudados gracias a las donaciones de la gente que sigue su aventura a través de su web y redes sociales -windsurfroundeurope.eu- los destina a World Wildlife Fund, una oenegé cuyo objetivo es detener la degradación del medio natural del planeta.

¿Qué hace cuando llega a puerto? «Mucha gente me ha ofrecido apoyo, sobre todo pescadores y gente del mar. A veces es una parada ya organizada, a veces algo espontáneo y si no sale nada tengo un saco de dormir y me quedo bajo la vela», describe. Viaja con «lo mínimo, un cambio de ropa, algo de comida, algunas cosas para hacer reparaciones del material, una estufa de gas para cocinar». Quien quiera prestarle alojamiento, espacio para la tabla y comida, puede ofrecerse a través de la página web donde va narrando las peripecias de cada etapa y por dónde se encuentra.

Reconoce que en la travesía hay momentos difíciles, pero ante todo se siente un privilegiado. «Es como la vida normal, hay días que cuestan más y otros que ves que es un privilegio muy grande».

«Ortegal es como Noruega»

Algunos de los momentos más complicados los ha vivido al recorrer la costa gallega, pero vale la pena por la belleza del paisaje. «Cruzar el Ortegal es impresionante. Algunos de los acantilados, por la altura y la naturaleza, los comparo con los de Noruega, donde disfruté un montón la navegación porque es más fácil que esta costa. Aquí hay que ir con mucho cuidado por el oleaje del Atlántico», advierte.

Sam, Mel, Lorena, Martin y Luis fueron sus anfitriones en la zona del Ortegal, amigos de Caroline y Rufo, con quienes se hospedó en la etapa anterior en Ribadeo. De la costa gallega destaca que, al igual que en el resto del país, «se come fantástico». «En España cada puerto tiene un montón de bares y es muy agradable hacer la etapa», agradece.

Ya que las condiciones meteorológicas mejoraron la tarde del domingo, decidió partir hacia a A Coruña, donde, llegando, conoció a Jorge en el mar y le llevó hasta la playa de Oza. Se hospeda en el club deportivo de Jorge, ubicado en el arenal, hasta que el tiempo mejore y no sea tan peligroso seguir. Marcos, otro windsurfista, se encargaba ayer de enseñarle la zona y la costa que tendrá que recorrer en las próximas etapas para que no le resulte desconocida. «Los windsurfistas estamos al tanto de su aventura, yo le sigo desde que salió», reconoce. Y Jono agradece la inestimable ayuda que está recibiendo. «Todo el mundo es muy amable en esta ciudad, que es muy bonita, y me está dando mucho ánimo».