«La guitarra en una iglesia es como un santo con dos pistolas»

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Marcos Míguez

Desde los 12 años repara órganos y hace 28 que periódicamente viene a A Coruña para afinar alguno

07 mar 2018 . Actualizado a las 18:21 h.

«¿Qué pasa? Se volvió a estropear el piano ese», bromeaba ayer un viejo conocido con Luis María Moreno Barbeito. El supuesto piano es en realidad el órgano de la iglesia de los franciscanos. «Lo traje de Larache (Maruecos) en un tráiler, en 1994». Eso explicaba este maestro organero nacido en Cádiz hace 78 años, residente en Málaga pero que desde hace 28 años viaja a A Coruña para reparar alguno de los órganos de las iglesias de la ciudad. Durante una temporada trabajó en Iberia, pero ahora son sus tres hijos los que están vinculados con la aviación. Esto comentaba con Iñaki Barturen, gran aficionado a la música de órgano, buen conocedor de estos instrumentos y que hace cuatro años había estado con este organero y su ayudante, Juan José Almonte, durante las mejoras que hicieron en el de los franciscanos.

-¿Cómo empezó a ser organero?

-Era monaguillo en Tetuán, en Marruecos, en la iglesia de las Victorias. En 1952, cuando tenía 12 años, instalaron un nuevo órgano construido por Juan Dourte, que era del País Vasco. Me presenté voluntario para ser ayudante en el montaje. Con eso empecé y desde entonces ahí sigo.

-¿Cómo se forma uno para esta profesión?

-Yo estuve estudiando con organeros alemanes y holandeses, como Don Juan Braun, Ernst Brandt y Gerard de Graaf.

-¿Hay muchos órganos en España que estén bien y que se usen?

-Los había pero en los últimos 50 años se han perdido muchos. En Málaga se quemó uno en 1998, lo destruyeron a hachazos y acabaron quemándolo. Muchos dejaron de usarse después del Concilio Vaticano II, por una mal entendida interpretación de que además del órgano se podían usar otros instrumentos musicales en los templos. A mí me parece que la guitarra en una iglesia es como un santo con dos pistolas.

-¿Es muy difícil afinar un órgano?

-Lo afinas a oído y por eso decimos que es un rompe oídos. Cuando tienes todo por octavas en el principal es cuando vas afinando hacia los lados pero al cuarto registro ya estás sordo y tienes que descansar. Lo más difícil de afinar es el armonio y luego el piano.

-¿Por qué trasladó el órgano de Larache a A Coruña?

-Cerraron la iglesia y el arzobispo de Tánger, Antonio Peteiro, me llamó para ver si lo podía traer a A Coruña. Aquella iglesia era de los franciscanos, igual que esta, y además el espacio del coro era muy parecido, con lo que encajaba perfectamente.

-¿Es complicado ese traslado?

-Hubo que desarmarlo todo y embalarlo. Luego lo monté aquí y al acabar no me sobró ninguna pieza [risas]. Estuvo funcionando bien durante 8 o 10 años pero luego, por la humedad que hay aquí, se averiaba y fallaba mucho, sobre todo las válvulas neumáticas. Por eso lo electrifiqué y le puse todo el teclado nuevo.

-¿Y ahora qué le pasa?

-El organista es una persona mayor y los franciscanos habían pensado en poner un ascensor en la iglesia, pero parece que Patrimonio no deja instalarlo. Entonces lo que vamos hacer es poner un teclado bajo, entre otras cosas.

-¿Es un buen órgano?

-Este es el mejor de A Coruña....

-¿Conoce los otros?

-Me falta alguno, como el de los jesuitas, que lo pusieron más tarde y las veces que vine no tuve ocasión de verlo, aunque me gustaría. El de la Colegiata recuerdo que le dije en su día a Rafael Taboada que no lo comprara, que duraba poco y era muy caro.