Un estudio coruñés instala en Lugo un jardín vertical de casi 100 metros

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

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Eva Fariñas y Emilio Paulos destacan que es el segundo más grande de Galicia, donde ya habían hecho otro

05 mar 2018 . Actualizado a las 08:10 h.

«Un metro cuadrado de fachada vegetal atrapa 130 gramos de polvo al año y si tomamos como ejemplo un edificio de cuatro plantas cuya fachada sea vegetal conseguimos que llegue a filtrar 40 toneladas al año de gases nocivos y hasta 15 kilos de metales pesados». Esto afirma Emilio Paulos que, junto con Eva Fariñas, encabeza el equipo de arquitectos técnicos que acaban de instalar en Lugo un jardín vertical de casi 90 metros cuadrados.

Aunque ya habían hecho otro, pequeño, en el tanatorio de la Grela, apuntan que este tipo de jardines son todavía poco habituales en Galicia. En el caso de Lugo se trataba del párking de un McDonalds que «necesitaba tener una solución arquitectónica porque sino quedaba un espacio abierto, un volumen muy poco agraciado y les pidieron a los dueños del local que se mimetizase lo más posible con el entorno». Paulos y Fariñas propusieron hacer un jardín vertical para tapar toda la zona abierta del párking. «Lo aceptaron de buen grado y además lo tomaron como una idea para futuras intervenciones; lo más probable es nos pidan algún otro pero de carácter interior», indican.

«Tiene una superficie de casi cien metros cuadrados, con unos 65 metros de largo y la altura máxima de trabajo es de 4 metros, si bien lleva un zócalo por la parte inferior, por motivos de normativa», detallan, tras apuntar que «partimos de 1,40 metros».

La tarea era un reto, aunque no desconocían la misma: «Hicimos otro interior en un tanatorio en A Coruña, como parte de la rehabilitación de un edificio». Explican que en Madrid sí que hay varios edificios, «el de Caixa Fórum quizá sea el referente», mientras que hay ciudades como Copenhague «que incorpora en sus normativas locales la necesidad de introducir pantallas verdes, vegetales». Esto está llegando a a otras ciudades europeas como París y «esperemos que aquí lleguen esas normativas».

Comentan que enVigo hay un jardín vertical en la zona de Balaídos, que es de la Citröen y «es posiblemente el más grande de Galicia; este de Lugo sería el segundo en cuanto a tamaño».

Sobre el desarrollo material del proyecto explican que el trabajo previo es el de instalar un fito textil «una tela que absorbe humedad y tiene también una lámina impermeabilizante; ahí es donde se generan una serie de bolsillos. Esto va sobre una estructura de acero galvanizado, al ir al exterior, para garantizar que la estructura no se estropee».

En dichos bolsillos «se deposita el nutriente y la propia planta. Hemos hecho investigación para llegar a una solución empírica». Y es que las plantas «se eligen en función de las características del lugar: temperatura, orientación y la calidad del agua. En Lugo tiene un alto contenido de sal y va a necesitar un tratamiento específico para evitar que la planta se deteriore». El riego se controla a distancia, con un programador a través de una aplicación de móvil que nos permite saber si el caudal de agua es el adecuado si bien «eso no evita un mantenimiento in situ que hay que hacer».