El cambio del Código Civil dará apoyo a personas como Mercedes

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

M. R.

La actual tutela dará paso a la curatela, «que supone cuidado»

28 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Nos encontramos con muchos casos de personas que tienen algunas limitaciones y, sin embargo, se las incapacita totalmente y se las somete a tutela, cuando lo que se persigue ahora es un cambio de enfoque y que lo que se haga es darle la ayuda que esa persona necesita, pero estando muy atento a su capacidad de decisión para, en la medida en que la tenga, aprovecharla». Esto explicaba Antonio Pau Pedrón, presidente de la Comisión de Codificación y consejero de Estado, que encabeza al equipo de unas 30 juristas que han estado trabajando en la reforma del Código Civil. Uno de los cambios radicales será el dar más voluntad a los discapacitados: «Se trata de dejar a un lado la tutela y aplicar la curatela que, como el propio nombre indica, es cuidado», decía Pau Pedrón, durante su estancia en A Coruña para exponer estos cambios en la Academia Galega de Jurisprudencia. El pasado mes de noviembre el Gobierno anunció que la reforma, cuyo texto está todavía en borrador, podría aprobarse a mediados de este año.

Con esos cambios, los casos de personas como Mercedes, la mujer que estuvo acampada en las Esclavas durante casi seis meses, podrían ser tratados de otra manera, ya que, según argumentaba Pedrón, si su capacidad de decisión es aprovechable «solo necesita alguien que le haga ver algunos puntos con más claridad, o que le aconseje, pero seguro que tiene voluntad en algún campo». Esto sería posible, según proponen los expertos, con la curatela, una figura que ya aparece en el Derecho Romano y con la que «lo que se pretende es cuidar a esas personas, apoyarlas en lo que ellas necesiten, pero que no nos pasemos y las dejemos a un lado, que es lo que está ocurriendo muchas veces».

En el caso de Mercedes esta incapacitación no ha sido posible al entender el médico que la visitó que su vida no corría peligro y, además, ella argumenta que está bien durmiendo en la calle. La situación de esta mujer viene a sumarse a la de otras personas que vivían en las calles coruñesas, siendo uno de los casos más llamativos el del vagabundo Julius, que estuvo durante cinco años, hasta que falleció, y cuya inhabilitación había sido pedida por la fiscalía de Ferrol.