La oferta de pisos de alquiler toca fondo

E. Eiroa / E. Silveira A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

La escasez en la ciudad se extiende al área metropolitana, con precios y demanda disparados

25 feb 2018 . Actualizado a las 23:04 h.

La escasez de pisos de alquiler en la ciudad de A Coruña se ha trasladado al área metropolitana: nunca hubo tanta demanda y tan poca oferta. Esa combinación de factores da como resultado, además, una subida de precio en lo poco que se ofrece y que, muchas veces, no reúne ni la calidad mínima. El parón en la construcción, los sueldos precarios y las condiciones exigidas por los bancos para firmar una hipoteca son algunos de los factores que inciden en que haya más personas interesadas en alquilar que en comprar y, como en A Coruña las posibilidades se han agotado, especialmente los jóvenes vuelcan su búsqueda en el área metropolitana. Y, allí, se encuentran más de lo mismo porque la oferta es limitada y la cartera de viviendas sigue estancada.

Cambre es ahora mismo uno de los destinos más visitados por los que aspiran a ocupar una vivienda como inquilinos. Y O Temple, lo más demandado. La agente inmobiliaria Susana Abuelo explica que la demanda en esta zona «es brutal». «Se alquila todo, excepto si el precio es muy exagerado para las condiciones del piso, claro». Aunque Quique Amor, copropietario de una agencia inmobiliaria asentada en Vilaboa (Culleredo), matiza: «Se alquila todo, a pesar del precio». De hecho, casi ni les da tiempo a publicitar las viviendas en alquiler: «En este momento tan solo tenemos dos pisos en alquiler en Vilaboa. Pero mañana, lo más probable, es que no tengamos ya ninguno. De hecho, muchos clientes vienen rebotados de otras agencias inmobiliarias, porque todas están como nosotros, con muy poca oferta», explica.

Octubre del 2016

Sobre cuándo empezó esta situación, Quique Amor le pone fecha: «En octubre del 2016. Antes ya había escasez, pero a partir de ahí la situación se volvió extrema», indica. Y sobre los motivos, casi todos los expertos apuntan a lo mismo: «No hay construcción, no hay pisos nuevos y mucha gente joven llega a las ciudades o se incorpora al mercado laboral y quiere independizarse, pero no puede comprar, así que la alternativa es el alquiler. Es decir, hay más gente que demanda pero la misma cantidad de pisos». Paula Gutiérrez, que lleva una pequeña agencia en Arteixo, explica que allí las últimas promociones de vivienda nueva fueron en el 2012 y que el nivel de ocupación «es brutal». Esta situación se repite en todo el cordón de población que rodea la ciudad de A Coruña, por lo que la gente se ve abocada a buscar pisos de alquiler en zonas más alejadas como Carral, A Laracha, Sada o Betanzos. «Y, en general, buscan localidades con buenas conexiones viarias».

En la ciudad, precios elevados

La situación en el caso de A Coruña es cuantificable. En la ciudad hay ahora mismo unos 500 pisos en alquiler, lo que no significa que todos ellos sean alquilables, indica Benito Iglesias, presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). Algunos tienen unos precios muy elevados, destinados a un mercado muy exclusivo, y otros directamente no están en condiciones para vivir. Así que la cifra real es menor.

Sin ventas

Por otra parte, apunta, nunca hubo un porcentaje tan alto de la población demandando vivienda a cambio de una renta. En concreto, un 27 % frente al 73 % restante que tiene sus casas en régimen de propiedad. En cuanto a los precios, lograr en A Coruña una vivienda de 100 metros cuadrados supone desembolsar, de media, 760 euros al mes. De media, porque si se busca en el centro o pisos nuevos, los números se disparan. En el área metropolitana, un piso de las mismas característica puede rondar entre 500 y 550 euros.

La oferta de vivienda en venta en la ciudad es mucho más amplia: hay, cuenta Iglesias, 4.200 propiedades en esa situación, de las que solo 200, matiza, son nuevas, el resto de segunda mano, con un precio medio por metro cuadrado de 2.100 euros. «El arrendamiento subió -dice Iglesias- porque los menores de 40 años, con el mercado laboral como está y sin posibilidad de financiación, no pueden comprar».

El cóctel de oferta y demanda en la ciudad da como resultado una amarga problemática. «Si no se libera suelo, el que hay se hace extremadamente caro. No hay construcción porque no hay financiación y porque el precio del suelo es demasiado elevado», dice Iglesias, que cree que así la urbe se debilita, con vecinos obligados a buscarse las vida en los municipios del entorno, más baratos, y donde esta circunstancia está creando también tensiones y problemas porque no hay oferta para tanta demanda.

«Si una familia ingresa 1.800 euros al mes y tiene que pagar 750 de alquiler, no dan las cuentas, y no hay pisos en arrendamiento que se equiparen a la situación real de la mayoría de las familias», apunta Iglesias, que cree que el IGVS (de la Xunta) «ni está ni se le espera» y que el Ayuntamiento no está haciendo lo necesario en políticas de vivienda. «Hay muchas personas que no pueden alquilar porque con 1.000 euros de sueldo es imposible pagar 700. Nosotros queremos que se alquile, el problema es que no hay viviendas. Parece mentira que la Administración local no intente buscar soluciones», dice.

«He vivido en otras ciudades y nunca me costó tanto alquilar como en A Coruña»

Ofelia Martínez trabaja para una importante empresa y a causa de su puesto tiene una gran movilidad. Vivió en Vitoria, Burgos, Vigo y otras ciudades sin que allí tuviera problemas especiales para conseguir una vivienda. «Nunca me costó tanto alquilar como en A Coruña», dice. En las ciudades que cita recuerda que primero buscaba la zona que le interesaba y después veía varios pisos en ese lugar antes de elegir. En A Coruña eso no sucede. «Ahora la empresa me está pagando un hotel, de no ser así no sé qué haría», dice. Lleva un mes de búsqueda sin resultados. En su empresa, cuenta, tiene a 138 personas a su cargo y les ha preguntado si saben de algún alquiler, pero tampoco funcionó. Solo ahora, dice, está empezando a ver algo gracias a lo que le cuenta algún compañero. Tiene uno, dice, para ir a ver.

«Nunca me costó tanto, no puedo ni hacer una pequeña selección para elegir», asegura, y cuenta que cuando busca en Internet lo que halla son hoteles y apartahoteles, y nada que se ajuste a sus necesidades. «En un mes solo he encontrado un piso para ir a ver», resume Martínez sobre su situación.

Ofelia Martínez, lleva un mes buscando

«No entiendo que se ofrezcan pisos en tan mal estado a esos precios»

Jorge Veiga lleva tres pisos de alquiler en dos años en A Coruña. La experiencia de buscarlos no le resultó fácil y tampoco comprende muy bien las tarifas que se piden por lo que se oferta: altos precios y pisos viejos de baja calidad. Finalmente encontró uno con el que está satisfecho, pero le llevó dos meses. Buscaba viviendas de una única habitación. «Los mejores que vi, aceptables, sin ascensor, sin ventana en la habitación y sin calefacción», explica, costaban en torno a 450 euros al mes. «Uno de los pisos que vi no tenía luz en las escaleras, ni ascensor, con la trasera dando a un patio, con cocina y baño interiores y con una ventana en la habitación que era falsa, se iluminaba al apretar un interruptor», cuenta. Por esa vivienda le pedían también 450 euros. «No entiendo que se ofrezcan pisos en tan mal estado a esos precios», sentencia. Para poder habitar, finalmente, el que ahora ocupa, tuvo que esperar a que el inquilino que había antes se fuera. «Los pisos que hay en el mercado están en constante movimiento, no duran nada», dice. Al menos ahora encontró una vivienda relativamente nueva a un precio razonable.

JOrge Veiga, residente en la ciudad